Ojalá la firme convicción que tenemos con mi familia de que la escuela pública puede tener igual calidad educativa y debe ser el ámbito indelegable para la formación de futuros ciudadanos, conscientes de sus derechos y comprometidos con sus obligaciones para una sociedad más inclusiva, justa y equitativa, no esté errada. Ojalá que todos los gobiernos se comprometan con la cantidad y calidad de los servicios que deben prestar a la sociedad, no como gasto o “inversión” a futuro, sino como razón de ser cotidiana de su elección y autoridad como tales. Ojalá que los gremios no estén equivocados en sus estrategias de reclamos y sus justas reivindicaciones no se vean enturbiadas por acciones que debiliten o deterioren sus ámbitos de trabajo. Ojalá que las personas, más allá de sus roles institucionales, conserven los valores, la libertad de criterio y la voluntad de acción para excederlos en vocación y compromiso comunal buscando formas de contención que preserven el ámbito de lo público, a pesar del tsunami de privaciones en que la ideología individualista y reaccionaria liberal nos ha sumergido. “Ojalá que mañana me levante con las mismas ganas de hoy para ir a la escuela, pá.” “Ojalá hijo, ojalá.”

Eduardo Fiori

DNI 18.218.100