Miércoles, 3 de marzo de 2010 | Hoy
CIENCIA › ADALGISA SCOTTI, BIOQUíMICA DEL ICES
Ufa, qué historia con el uranio y con que tarde tanto en desintegrarse y todo el asunto de los repositorios. Pero hete aquí que el jinete, sorprendido, se entera de que es posible mitigar el asunto mediante girasoles. Y promete regalar un ramo con uranio a los lectores.
Por Leonardo Moledo
–Usted es investigadora del Centro Internacional de Estudios de la Tierra, ICES, situado en Malargüe, en el sur de la provincia de Mendoza. Allí se lleva adelante un estudio para la biorremediación de uranio.
–Sí.
–Bueno, pero yo soy solamente un jinete, entiendo de aperos y de espuelas, pero no sé lo que es la biorremediación.
–Aperos y espuelas hipotéticas... Ya me contaron algo.
–Mejor así. Volvamos a la biorremediación y después yo le enseño a montar un caballo.
–Es un método biológico para eliminar sustancias tóxicas. Estamos específicamente trabajando con metales pesados. Dentro de esos metales pesados hemos tomado el uranio. La biorremediación consiste en utilizar plantas, bacterias, hongos, algún sistema biológico que nos ayude a captar sustancias que están contaminando.
–¿Y es buena? ¿Es mejor que otros métodos?
–Teóricamente la biorremediación es más económica que la remediación. Pero todavía no se está aplicando. El objetivo es siempre sacar un elemento tóxico del medio ambiente.
–Bueno, pero todavía no me dijo qué es..., ¿sembrar plantas que descontaminan, donde está contaminado?
–Sí. Nosotros trabajamos en dos líneas: una de ellas es con plantas, específicamente con el girasol. El girasol lo que hace es tener un desarrollo de raíces muy importante, y lo que queremos probar en un ensayo con girasol en hidroponia –que es el cultivo de plantas en agua, sin tierra– qué es lo que pasa con el uranio. Vamos a agregarle uranio a la solución de hidroponia y vamos a ver si se absorbe o no en las raíces del girasol.
–¿Y qué piensan que va a pasar?
–Suponemos que se va a absorber. Aunque es difícil, después trataremos de identificar el tipo de mecanismo por el que ese uranio se absorbe en las raíces. Todo esto está en etapa de investigación y desarrollo, no está aún en etapa de aplicación concreta.
–Mmmmmm... O sea que todavía no hay nada... ¿se hicieron este tipo de pruebas en otras partes del mundo?
–Hay un inicio incipiente de esta disciplina. En el mundo todavía no se avanzó más allá de las pruebas piloto. Ya se hicieron pruebas de estos mecanismos en Ohio y otra en Chernobyl. Nosotros, por nuestra parte, queremos probar que el uranio no transloca, es decir, que no penetra en la circulación de la planta a través de la savia para llegar a las hojas, a la flor y a la semilla. Porque si eso pasara, el método no serviría. Buscamos la denominada fitoestabilización, que consiste en atrapar, contener el elemento tóxico en la raíz.
–¿Y cómo hace el girasol para absorberlo?
–Mire no se sabe, pero se supone que es un proceso de adsorción que consiste en ligar el uranio químicamente a las moléculas de la raíz. No se sabe más que eso.
–¿Además de los girasoles, prueban con algo más?
–La segunda línea de investigación consiste en probar con un hongo que se llama Glomus intraradices. Lo que hacemos es pegar este hongo al girasol, para ver si aumenta o no la absorción de uranio presente en la tierra.
El procedimiento es así: inoculamos el hongo en una maceta con tierra con uranio, después plantamos el girasol. Ahí se desarrollan la planta y el hongo, es una simbiosis del hongo con las raíces. El resultado que se espera es que la capacidad de absorción del hongo y el girasol se potencie y ese sistema absorba más uranio que el girasol solo.
–Ya veo. Con que empíricamente ocurra sería bastante, ¿no?
–Sí, que empíricamente ocurriera sería muy alentador. Tenemos la descripción del proceso del girasol con el uranio, y tenemos la descripción del hongo solo, pero no tenemos descripciones de la captación cuando se unen los dos.
–¿El hongo capta radiación beta?
–El hongo capta el uranio, no es que capte sólo la radiación, capta toda la sal, actúa tomando al átomo y evitando que pase a capas subterráneas de agua, o superficiales, o que se traslade a otras zonas de la tierra, a un cultivo por ejemplo.
–¿Qué hace después el girasol con el uranio adentro?
–El girasol crece sin ningún tipo de modificaciones. Se lo ve exactamente igual a cualquier otro. El girasol no se intoxica, sigue con todo su proceso normal. Nosotros tenemos que ver si realmente podemos conseguir lo que está descripto, que es que el metal queda alojado en la raíz, que no pasa a la parte aérea. Pero tenemos que probarlo todavía. Pero si pasa a la semilla, después, por ejemplo, en un cultivo podría pasar al aceite. Tenemos que ver que solamente quede alojado en la raíz. Las experiencias que le nombré anteriormente fueron bastante exitosas. Se vio que capta el uranio y que el uranio en el reservorio bajó notablemente de concentración. Ese es nuestro objetivo: ver cómo es la captación a nivel biológico.
–¿Usted cree que se pueden mitigar los impactos ambientales en los lugares donde se usó uranio?
–Con el tema del uranio no lo sabemos aún. Sabemos que esta experiencia de girasol junto con este hongo fue hecha ya en el año 2005 en México pero con otros metales, cadmio y zinc, porque le aclaro que este no es solamente un mecanismo para uranio. Nosotros lo vamos a probar con uranio, ya que lo estamos trabajando juntamente con la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y ellos nos proveen de las soluciones de uranio, pero es una técnica que es interesante de probar con cualquier metal pesado. La CNEA esta muy activa en torno del tema de la remediación y la biorremediación. Está a tono con toda la investigación que se está generando en todo el mundo. La investigación en sí no es costosa y no requiere gran equipamiento. Nuestro proyecto está en etapa experimental. La responsable de llevar concretamente adelante las etapas de remediación minera es la CNEA a través del Proyecto de Restitución Ambiental de la Minería del Uranio (Pramu) y los equipos en la Central Atómica de Ezeiza que están empeñados en la gestión ambiental. Si nuestra experiencia tiene resultados positivos pasaríamos de los ensayos hechos en macetas a parcelas de tierra a definir por las autoridades.
–¿Y los resultados para cuándo los esperan?
–En este año lo que nosotros queremos probar es hidroponia de girasol y ver si pasó o no pasó a la parte aérea, todavía no vamos a empezar a trabajar en tierra ni con el hongo, vamos a trabajar con girasol específicamente y ver si queda en raíces, qué concentraciones capta, cómo queda el agua, y si queda en semillas. En el año 2011 vamos a hacer las experiencias en macetas con tierra.
–A partir de lo que usted cuenta, me imagino que en un futuro puede haber un campo de girasoles creciendo sobre un sitio radiactivo...
–Bueno, ésa sería una hipotética etapa de transferencia. Todavía no se está trabajando en ninguna parte del mundo, se está ahora en la etapa de investigación y desarrollo. Para nosotros es fundamental ser responsables y cuidadosos con el tema, ya que hay gran sensibilidad social en torno de la contaminación ambiental.
–Sí, absolutamente.
–Déjeme que le cuente: con su todavía supuesta utilización se evitaría, por ejemplo, que en una tierra contaminada, por arrastre del agua, el uranio pase a un río o a otras zonas cultivadas, porque con el riego se arrastra y el uranio pueda translocar en ese otro tipo de cultivo a la parte aérea, y por ejemplo afectar los animales, la cosecha. Este es un mecanismo que se denomina fitoestabilización, que es una palabra bastante clara: vegetales que estabilizan el metal pesado, molesto o tóxico.
–Está bien. Según lo que dice el átomo de uranio se pega a la raíz, pero con eso no se soluciona el problema de la desintegración. Ese uranio adentro del girasol puede seguir irradiando miles de años...
–Sí, sigue estando, esta técnica lo único que hace es evitar que pase a otras zonas. Sigue estando ahí, se estabiliza. No se traslada, por ejemplo no va a pasar a un río, no va a seguir contaminando aguas abajo, no va a pasar a la capa subterránea.
–¿Y qué hacemos con el girasol cargado de uranio?
–Hay distintas técnicas previstas para las etapas de puesta en práctica. Una es la que trataron de hacer en las aguas superficiales de una laguna en Chernobyl y en las aguas profundas de Ohio. Consiste en un sistema hecho con filtros de raíces de girasol en donde el agua pasaba y entonces salía purificada, sin uranio. Pero nosotros no estamos experimentando con filtración sino con estabilización.
–No me dijo qué hacemos con el girasol... ¿Hacemos ramos para regalar?
–En este caso se remueve todo el girasol, se lo incinera y se consigue bajar el volumen de contaminación. Pero ése no es el objetivo de este trabajo, porque nosotros no vamos a estar trabajando a campo, estamos trabajando en laboratorio. No podemos decir que ese sea el futuro del proyecto.
–Cuando esté más avanzado el proyecto, yo le voy a regalar un ramo de girasoles y...
–...Y yo lo testeo a ver si emite y si emite hay que incinerar. Nuestro trabajo consiste solamente en probar que puede haber raíces de plantas, que captan metales pesados, como plomo, cadmio, zinc o uranio y que reducen el riesgo de que pasen al agua y que sigan contaminando zonas: hacer una estabilización con este sistema biológico.
–Quiero decirle que si yo le regalo un ramo usted lo incinera y yo me voy a sentir muy ofendido.
–Al girasol no le va a pasar nada, supongo que usted me lo va a dar sin las raíces, así que teóricamente yo lo voy a poder poner en un florero perfectamente.
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