CULTURA › UN RESCATE HISTORICO
Canciones para comprender las consignas del pasado
La serie de fascículos La marcha. Los muchachos peronistas descubre registros que se creían perdidos para siempre.
Por K. M.
El peronismo guarda mucha liturgia y poco misal. De su primera aparición triunfal en la Argentina quedan pocos registros y documentos de acceso público. En parte por la dinámica propia de un país poco interesado en conservar su historia, y en parte por la destrucción obligada o preventiva que sobrevino tras el golpe del ’55. Pero una notable colección con grabaciones inéditas y documentos de época llega para salvar el bache: La marcha. Los muchachos peronistas, dirigida por Julio Nudler, que presentará una producción especial sobre La marchita en el Radar de este domingo. La colección –que promete cuatro entregas quincenales, aunque sus autores advierten que pueden ser más– fue presentada el miércoles en el Centro Cultural Torquato Tasso, en un ágape en el que nadie cantó la marchita, aunque la pasaron entera, con choripán y vino de por medio. Allí estuvieron los principales impulsores de este trabajo de rescate: Nudler, el tangófilo Néstor Pinsón y Héctor Lorenzo Lucci, probablemente el mayor coleccionista de discos del país. Los acompañó Israel Lotersztain, encargado de rastrear la pertinencia de la famosa frase “combatiendo al capital” en los discursos que dio Perón entre marzo y septiembre de 1948, cuando se escribió la mítica marchita. Y también el economista radical Mario Brodersohn, con una confesión que guarda el aval de la historia: “Nunca pudimos competir con nuestra marcha”.
Uno de los hallazgos del primer fascículo es la investigación en la que Pinsón rastrea el origen de la marcha peronista hasta llegar a la marcha del Club Barracas Juniors. Por si quedan dudas, está el registro a cappella de un antiguo socio del club. Entre otras perlitas el disco incluye la Oda a Perón, con la música del vals Mis harapos, aquel que popularizó Antonio Tormo, himnos y marchas como La descamisada, Evita capitana, La canción del soldado o Tus niños te cantan. Y, por supuesto, Los muchachos peronistas, en la voz de Hugo del Carril.
Las voces agudas de los coros, los ritmos marciales y pomposos vuelven a hablar de una época que, efectivamente, existió, con su sistema de creencias y valores transformados en slogans inflamados: “Si ganamos o perdemos no ofendemos al rival, si ganamos o perdemos mantenemos la moral”, se escucha en la Marcha del Primer Campeonato de Fútbol Infantil Evita. En La descamisada, Nelly Omar proclama: “Soy la mujer argentina, la que nunca se doblega, y la que siempre se juega, por Evita y por Perón. Yo soy la descamisada, a la que al fin se la escucha, la que trabaja y que lucha, para el bien de la Nación”. Y en la marcha de la CGT, interpretada por la Banda del Colegio Militar: “Obreros, formemos la fuerza del trabajo que avanza triunfal (...) Adelante los valientes, esta clara divisa a tomar, los derechos del trabajador, defender con pasión y lealtad”.
“Nuestro propósito no fue hacer una exaltación de un determinado movimiento político histórico sino comprender nuestro pasado. Por eso cabíamos todos, en una muestra de madurez”, advirtió Nudler durante la presentación. El trabajo de Nudler y compañía tiene el valor agregado de quien hace algo no esperando algún beneficio a cambio, no porque nadie lo mande sino por mero gusto. O porque alguien tenía que hacerlo. Así vuelven estos testimonios de tono épico, marcial, investidos de espíritu de gesta, cuyos registros vuelven para recordar que alguna vez sonaron fuerte. Y, de paso, para hacer añorar tiempos que podían albergar, al menos, consignas que gritar.