ECONOMíA › CUAL ES EL ESCENARIO ECONOMICO QUE IMAGINA EL EQUIPO DE LAVAGNA CON LA SALIDA DEL DEFAULT
Crecimiento, inversiones y un boom de consumo
Lavagna quiere disimular su optimismo, pero su equipo de colaboradores no puede. Tienen pronósticos de crecimiento económico de hasta 7,5 por ciento para este año y de inversiones a niveles de los mejores de la convertibilidad. Hablan de un fuerte repunte del consumo para el 2005. Y por ese motivo estiman que habrá que poner controles al ingreso de capitales.
Por David Cufré
Las energías del equipo económico están orientadas casi con exclusividad a la resolución del default. A pocas semanas del inicio del canje de deuda, cerca de Roberto Lavagna arriesgan que la operación tendrá una aceptación del orden del 70 por ciento. Esa sería la estimación “realista”, que si efectivamente se cumpliera será considerada un éxito. Por más que el FMI pueda considerarla insuficiente, con más de dos tercios de la deuda en default resuelta, el organismo se verá obligado a retroceder. En base a ese pronóstico y tomando también la evolución de la economía en lo que va del año, en el Palacio de Hacienda se entusiasman con las perspectivas para los próximos meses. Aunque la última versión oficial sobre cuánto crecería el PIB este año es del 6,5 por ciento, el ministro maneja papers de sus colaboradores que sitúan la expansión más allá del 7 por ciento. Y también le anticipan un posible “boom de consumo” en el 2005.
El 2004 terminará en crecimiento, después de haber dejado atrás una meseta que le restó velocidad a la expansión. Aun así, el PIB mostraría una suba de 7 por ciento como mínimo, que podría estirarse a 7,5 e incluso algo más si el trimestre en curso pasa de bueno a muy bueno. Las noticias que vayan surgiendo las próximas semanas sobre la renegociación de la deuda influirán en el clima económico, señalan en Hacienda. En especial, dicen, si todo marcha bien, se acelerarán planes de inversión de las empresas.
El optimismo se sustenta también en que el tercer trimestre fue positivo. Creció un 1 por ciento respecto del segundo, de acuerdo con estimaciones preliminares. Ese resultado duplicó el aumento experimentado entre abril y junio con relación al primer trimestre. La inversión, en tanto, trepó entre julio y septiembre a 18,5 por ciento interanual, alcanzando prácticamente el nivel promedio de la inversión durante la convertibilidad, que fue del 18,6 por ciento. El año finalizaría con un incremento respecto del 2003 del 18 por ciento. El dato echa por tierra con las advertencias de los economistas ortodoxos, quienes decían que un país “aislado del mundo” por el default no podía atraer inversiones.
Otra de las variables macro que miran con atención en Economía es la inflación. En los últimos doce meses, los precios minoristas subieron 5,9 por ciento. El resultado final del 2004 estará entre 6,5 y 7,0 por ciento, contra 3,7 del 2003. Lavagna pretendía que este año hubiera ajustes generalizados de las tarifas de servicios públicos. Por eso en el Presupuesto había fijado una banda para la inflación de 7 a 11 por ciento. Como los ajustes de las privatizadas fueron más limitados de lo que recomendaba el jefe de Hacienda, para el 2005 se repite la estimación de 7 a 11 puntos, considerando que el próximo año sí se darán los aumentos en las tarifas residenciales.
Para el 2005 se estableció en el proyecto de Presupuesto que la economía crecerá 4 por ciento. Pero ese nivel podría verse nuevamente rebasado, tal como ocurrió este año. Es lo que suponen en Economía aunque, en la versión oficial, Lavagna prefiere mostrarse más cauto. El equipo económico, en privado, se declara marcadamente optimista. Incluso considera muy posible que se registre un “boom de consumo”, que no tendría la magnitud del que se dio en los años prósperos de la convertibilidad, pero que sería igualmente importante. “Será por lo menos un boomcito”, describieron a Página/12 en uno de los despachos de Hacienda.
La previsión del despegue del consumo tiene como condición previa que se materialice el escenario de salida exitosa del default. En ese caso, las inversiones mostrarían el impacto favorable, habría un aumento en el ingreso de capitales y se aceleraría la recuperación del crédito. Todos esos factores darían un nuevo envión a una economía que ya venía apuntando hacia arriba, se ilusionan los funcionarios. Con tantos ingredientes a favor, razonan, el FMI dejará de poner obstáculos para mantener activo el acuerdo con la Argentina que, de todos modos, consiste nada más que en la refinanciación de los vencimientos de capital con los organismos multilaterales. Aunque en este momento parezca un desborde de optimismo, en Economía advierten sobre los eventuales riesgos de un ingreso de capitales “exagerado” y un despegue del crédito veloz. El peligro, indican, es que la producción no pueda responder a la demanda por cuellos de botella. En tal caso, adelantan que impondrán controles al ingreso de divisas y que se utilizarán los encajes para administrar la liquidez bancaria. Son medidas que hoy parecen lejanas, en medio de la pulseada con los acreedores.