CULTURA
Palabras de despedida
- Horacio Peña (actor): “Fue uno de los autores norteamericanos más comprometidos, crítico de las políticas imperialistas. Tuve la suerte de representar Las brujas de Salem, una de sus obras más estremecedoras, y Todos fueron mis hijos, donde habla dolorosamente del comercio que se hace con la guerra. Siempre tuvo los ojos abiertos a estos temas”.
- Liliana Heker (escritora): “Fue un hombre admirable. Vivió muy bien, mucho tiempo y muy intensamente, así que no debe apenarnos su muerte. Siento que se fue uno de los grandes referentes de una época. Obras como La muerte de un viajante fueron fundamentales, marcaron una época”.
- José María López (actor): “Lo sentí como un golpe, que no es común en mí. Es como que murió una época, una parte de mi vida. Lo maravilloso es lo que hace en La muerte..., que fue como una revolución: el tiempo que va para atrás, que habla del futuro, vuelve al presente, no lineal. Y con todo eso pudo armarse personajes queribles y creíbles. Hice Las brujas... en el San Martín, y trabajar en obras de gente como Miller es un placer”.
- Norman Briski (actor y director): “Sabemos que Miller fue solidario con las víctimas de la dictadura, ya que no permitió que sus obras se dieran. Es un motivo de la simpatía por él. Después, su obra es una sociología dramática de EE.UU. que nos dio el ejemplo de una dramaturgia ligada al trabajador, al inmigrante. Y haber sido compañero de Marilyn Monroe hace que se crucen la vitalidad de un intelectual consecuente con la belleza del almanaque. La influencia del teatro norteamericano en el Río de la Plata tiene como novios a Miller, Tennessee Williams y Florencio Sánchez”.
- Pepe Soriano (actor): “Personalmente tomé contacto con él hace muchísimos años. Cuando vi Panorama desde el puente, empecé a interesarme por su obra. Yo quise hacer Todos eran mis hijos junto a María Rosa Gallo, pero no encontré empresarios interesados. Tal vez ahora que murió se den cuenta de que era un artista extraordinario”.
- Abelardo Castillo (escritor): “Miller representó, junto con Tennessee Williams y Eugene O’Neill, el trío de los grandes dramaturgos norteamericanos del siglo XX. Obras como Panorama..., Las brujas... o La muerte... pertenecen al teatro universal. Se dio el lujo de mantener sus ideas de la libertad en lo político en uno de los momentos más duros de la política norteamericana, durante los procesos de McCarthy. La conducta de Miller fue una especie de guía”.
- Arturo Bonín (actor): “No era sólo un autor sino alguien que pensaba en la humanidad y la traducía en términos teatrales. Fue el dramaturgo de nuestro siglo, el continuador de Ibsen. En teatro hay un Shakespeare, un Ibsen y luego está Miller para nuestro mundo occidental, como Brecht en su momento. Son hitos. Yo trabajé en Las brujas..., y estar varios meses en un escenario diciendo ese texto era lo que me reconciliaba con la profesión. En ese momento dije: Ahora entiendo por qué soy actor.
- Tato Pavlovsky (psicoanalista, dramaturgo, actor y director): “Quedará en la historia de la dramaturgia como uno de los grandes. Sus obras fueron aclamadas, estudiadas y analizadas como clásicas. Yo lo admiraba por la singularidad de su teatro y su compromiso intelectual. No era alguien que dice ‘mi compromiso es el texto y salgo corriendo como una mariposa’ sino que se comprometía con lo que pasaba. Lo vamos a extrañar porque no todos los intelectuales denuncian. A veces, se agarran al poder y a los estrenos de turno. Miller fue muy coherente, le tengo un profundo respeto, aunque no es el teatro que me involucra más. Tengo otra manera de pensar pero la figura de él me parece casi mítica”.
- Antonio Dal Masetto (escritor): “Fue un pilar de la dramaturgia del siglo pasado. Tomaba una posición política muy clara, sobre todo viniendo de EE.UU. Todos recordamos La muerte..., además de otras obras, esa mirada tan interesante de alguien que defiende un sistema que lo está destruyendo. Hay una contradicción que Miller vio con claridad. Como legado, al igual que todos los grandes, está la obra, una manera de mirar el mundo esclarecedora. Es la mirada de los que han visto claro, lo vivieron y lo supieron transmitir. Hay que volver a mirar lo que dejaron los grandes. Olvidarnos un poco de las cosas que nos tapan la vista. Hablo desde el punto de vista de los mensajes que uno da o recibe y de la cultura en general. Esta cosa de la inmediatez cuando detrás hay una poderosa herencia como la de Miller”.
- Eduardo Rovner (dramaturgo): “Es el creador del drama social. Su teatro denuncia las injusticias que hay no sólo en EE.UU. sino en un sistema económico. Marca un camino, especialmente para la Argentina, donde la influencia de Miller en el realismo es fundamental. Desde Tito Cossa hasta los autores actuales tienen influencia de Miller. Como Buenos Aires es una ciudad que toma influencia no solamente de EE.UU. sino también de Europa uno también puede ver influencias de Harold Pinter, de Samuel Beckett. Pero muchísima de Miller. El movimiento teatral argentino, uno de los más potentes que conozco, le tiene que agradecer enormemente su influencia”.
Producción: Oscar Ranzani y Sebastián Ackerman