River recibió ayer una sanción selectiva que castiga a los hinchas que no tienen carnet y resguarda los intereses de los socios que pagan su cuota. Por dos fechas consecutivas como local (contra Tigre y Argentinos Juniors), el estadio Monumental abrirá sus plateas pero no sus tribunas. Así lo decidió la Subsecretaría de Seguridad en los Espectáculos Futbolísticos (Subsef), que le aplicó un castigo a medias al club cuya barra brava se enfrentó el 30 de marzo en la cancha de Vélez en una pelea sangrienta. Un castigo que no está contemplado en la ley 23.184 en ninguno de sus artículos.

Bajo el argumento de dudosa eficacia que promueve duras sanciones si los partidos se suspenden pero no si se juegan en su totalidad, la AFA, que también tiene responsabilidad en este asunto, quedó al margen de la medida adoptada por Javier Castrilli a sugerencia de su superior, el ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández. Desde el Tribunal de Disciplina le confirmaron a Página/12 que mal podía ser castigado River por ese organismo porque el árbitro de aquel partido contra Arsenal, Carlos Maglio, nada escribió en su informe sobre los graves incidentes. Tampoco hubo una intervención de oficio del Comité Ejecutivo de la AFA, que recién deliberó anoche tras la batalla de Liniers, ocurrida hace nueve días.

Hace tiempo que la AFA no tiene injerencia sobre las inhabilitaciones de los estadios. Esas decisiones corren por cuenta de diferentes organismos, depende de la jurisdicción donde ocurran los incidentes. En el caso de River, la sanción la adoptó el Subsef porque el club es de la Capital Federal. Con Racing ocurrió algo parecido en la provincia de Buenos Aires el 28 de marzo –cuando enfrentó a San Martín de San Juan en Lanús y a puertas cerradas– por determinación del Coprosede. Esa vez, doscientos hinchas de la Academia tuvieron que conformarse con seguir el partido desde la calle. La medida, es cierto, fue más restrictiva que la adoptada por el Subsef respecto de River.

En la AFA se quejan porque las suspensiones de este tipo escapan a su control, aunque nada hicieron sus dirigentes para revertir la tendencia. Para el presidente de Lanús, Alejandro Marón, “es una barbaridad” lo que está ocurriendo. Como abogado, su enfoque jurídico apunta a que “en la ciudad de Buenos Aires no puede haber dos organismos que sancionen una misma falta”. No fue éste el caso, pero si el gobierno porteño decidía inhabilitar el Monumental de Núñez a través de su propio Comité de Seguridad, habría estado en pleno derecho de sus facultades. Mauricio Macri, que también es presidente de Boca (con pedido de licencia), habría sido protagonista involuntario de esta situación. Como fuere, el mamarracho está hecho. Y donde se pretendió imponer justicia, se la aplicó a medias.