SOCIEDAD › DENUNCIAN UN PROSTíBULO

Servicios y taqueros

 Por Carlos Rodríguez

Anoche, en la esquina de Directorio y San Pedrito, en el barrio porteño de Flores, los asistentes a una marcha convocada por la Cooperativa La Alameda reclamaron la clausura de un prostíbulo que funciona en ese lugar. Lo hicieron para respaldar la presentación, ante la Justicia, de una denuncia patrocinada por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad que se basa en el testimonio –más un video realizado con cámara oculta– de un hombre que aportó pruebas sobre el funcionamiento de un local que “ofrece chicas (algunas de ellas serían menores de edad) que por dinero tienen sexo con los clientes”. El denunciante, Jorge G.A.M., afirmó que el lugar se llama New Lisa, que son siete las chicas y que cobran aranceles de entre 40 y 100 pesos, según la duración del encuentro sexual. Las jóvenes –la mayor tendría 21 años– reciben por día a unos diez clientes cada una, entre las 20.30 y las 6 de la mañana. La denuncia es por violación de la ley que prohíbe el funcionamiento de prostíbulos, pero también pide que se investiguen los posibles delitos de “reducción a servidumbre” y “tráfico ilegal de personas”, dado que hay mujeres traídas de países limítrofes.

Gustavo Vera, dirigente de La Alameda, aseguró a Página/12 que las imágenes de la cámara oculta confirman “la connivencia policial (con los dueños del prostíbulo), la presencia de menores y los engaños que sufren las víctimas”. Al referirse al proyecto oficial, de la mayoría, que podría ser aprobado en el Congreso (ver nota aparte), Vera sostuvo que es “a todas luces ineficaz para combatir” la trata de personas porque “sólo penaliza los casos de menores”. Las mujeres mayores de edad tienen que probar “que no hubo consentimiento” por parte de ellas, algo que resulta “absolutamente imposible por el obvio temor de la víctima a la red mafiosa con protección policial que encubre a los tratantes, tanto en los prostíbulos como en los talleres clandestinos”.

En la presentación ante el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, el denunciante Jorge G.A.M. –que acompañó sus dichos con el video con cámara oculta– relató que en New Lisa los clientes pagan una entrada que les da derecho a una copa y pueden elegir a la chica que quieren. Ellas “se muestran en ropa interior”. Una vez pactado el precio, salen del local por la puerta de Directorio e ingresan por otra lateral, sobre San Pedrito, y suben a una terraza donde hay cinco “lockers de 1,20 por dos metros” que son muy precarios por las malas condiciones de higiene. Hay camas, un inodoro, un bidet y un lavatorio. “Las sábanas no se cambian, están manchadas con semen, el piso tiene profilácticos usados y papeles.”

El denunciante afirmó que una de las chicas “tiene dieciséis años” y es de nacionalidad paraguaya. “Sólo una de las mujeres es mayor de 21 años y hay otra chica que tiene catorce o quince años por la contextura física.” Jorge G.A.M. dijo haber hablado con todas, a la vez que grabó con una cámara oculta a tres de ellas e incluso a uno de los propietarios del local. El encargado se llama Ricardo, el dueño Rubén. Dijo no conocer sus apellidos. Según su relato, ellos dos le comentaron que “una vez por mes tanto la brigada como el ‘taquero’ de la zona de Flores vienen al local a cobrar lo suyo, es decir una coima”.

Un empleado del lugar, de nombre Miguel, le confirmó que el dueño se llama Rubén y que trajo a una de las chicas cuando ella tenía 15 años. “Se trata de una conocida de la familia del dueño y responde al nombre de Mara.” El mismo Miguel le contó que hubo “inspecciones del Gobierno de la Ciudad”, pero los inspectores “arreglan con el dueño”. Miguel describió un operativo “de la Brigada de Toxicomanía que les pidió a las chicas los documentos”. La menor estaba ese día en la terraza, con un cliente. El encargado le avisó, por celular, que no bajara. El local contaría con “una cartera de 65 clientes y cada chica hace diez clientes por noche”.

Las chicas “no pueden abandonar el lugar, tienen que cumplir el horario (porque) de lo contrario le descuentan cien pesos de lo trabajado”. También “les descuentan la comida (...) si escuchan música o por jugar al pool”. En definitiva, “nunca les pagan el ‘sueldo’ completo y les pagan de a poquito para retenerlas”. En la zona hay otros tres prostíbulos: Dolies, en Directorio y Lafuente, donde el año pasado “ocurrió el homicidio de una chica”; Aries, en San Pedrito y Alberdi, y Come on Pub, sobre Alberdi. El barrio sería “una zona liberada donde hay alrededor de 40 locales”. En Aries habría siete chicas y en Dolies entre “veinte y treinta”. Rubén, el dueño de New Lisa, habría tenido otros tres prostíbulos en el barrio de Flores.

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