Los Spurs quedaron al borde de la eliminación. El equipo de Gregg Popovich jugó un muy mal partido y, además, desaprovechó un montón de ocasiones propicias para terminar perdiendo 93-91 con Los Angeles Lakers, que ahora lidera la serie 3-1 y mañana puede obtener su pasaje a la final de la NBA cuando se juegue el quinto partido en el Staples Center. Ginóbili metió sólo siete puntos y Oberto no convirtió.

San Antonio arrancó frío, sin poder habilitar a Duncan en la zona pintada, pero sobre todo desconcentrado en defensa. Por eso, los primeros siete ataques de Los Angeles terminaron en seis conversiones de cuatro jugadores distintos –con dos rebotes ofensivos– y una caminada de Bryant. Así, en 3.30, los visitantes sacaron ocho puntos de ventaja (12-4), situación que obligó a Popovich a mandar temprano a Ginóbili a la cancha. Igual, los errores en la defensa y los problemas para controlar los rebotes en su tablero determinaron que los Lakers estiraran a 14 puntos la diferencia, en apenas siete minutos de juego.

Sin embargo, con una formación extraña, con cuatro aleros y Tim Duncan, sin un base natural, San Antonio encontró la fórmula para enredar al conjunto de Phil Jackson. Entonces, se dejó de lado el juego rápido que habían mostrado los visitantes, y el final del cuarto se desarrolló con un trámite lento y desordenado, que favoreció las aspiraciones de San Antonio. Salvo porque siguió padeciendo con los rebotes ofensivos, el conjunto texano pudo recortar la diferencia para terminar apenas cinco puntos abajo, algo impensado unos minutos antes.

Lo cierto es que la remontada de San Antonio no se produjo a partir de un gran juego. Por eso, no fue extraño que Los Angeles saliera de esa sequía y volviera a tomar diferencia. Pero por fortuna, el equipo de Popovich encontró una vía de gol no habitual, con 12 inesperados puntos de Barry. Así, con mucho esfuerzo, una excelente efectividad en los tiros libres y las corridas de Parker consiguió igualar por primera vez en 43. Pero a esa altura, San Antonio sufría por el mal partido de Ginóbili, sin puntos en la primera mitad. Por eso, y por las notorias desatenciones en su tablero en el último minuto, Lakers recuperó la ventaja de seis puntos para irse al descanso.

Con arrestos individuales de Duncan y Parker, San Antonio volvió a acercarse en el marcador. Sin embargo, el mejor andar colectivo de los angelinos siempre se encargaba de abortar cualquier intento de levantada. Incluso, cuando los Spurs lograron empatar 67-67, otra vez los visitantes se dispararon, siempre con Bryant como bandera. Y gracias a un triple con falta de Vujacic, el conjunto de Phil Jackson ingresó al cuarto final con siete puntos de diferencia, casi la ventaja que manejó a lo largo de todo el partido.

Con la momentánea salida de Bryant, San Antonio saltó decidido a buscar el partido. Y otra vez se metió en juego gracias al gran momento de Barry. Sin embargo, por más que tuvo varias ocasiones para igualar de nuevo e incluso pasar al frente con triples, Los Angeles aguantó la embestida. Y el tiro agónico de Barry, con dos segundos, salió, para quedar al borde de la eliminación.