Suele repetirse, casi como muletilla complaciente, que los campeonatos del fútbol argentino son de lo más competitivos que pueden jugarse en el mundo. Teniendo en cuenta que competitivo no siempre es sinónimo de bueno, la historia reciente prueba algo de eso. En los últimos diez campeonatos cortos organizados por la AFA, del Apertura 2003 a este Clausura 2008 que se llevó River, siete clubes distintos se consagraron campeones y de ellos sólo tres (River, Boca y San Lorenzo) son de los considerados grandes. En ese marco es válido profundizar la cuestión: ¿qué tan buen campeón fue este River?

Para su entrenador, Diego Simeone, no hay misterio: “Para mí el que gana es el mejor y ahora River es el mejor”. Ariel Ortega, de rendimiento clave en las últimas fechas, subraya: “Fuimos justos campeones porque ganamos más partidos que ninguno y sacamos más puntos que todos”.

“River fue un justo ganador del torneo, porque el que suma más puntos, a la larga es el mejor –opinó el técnico de Boca, Carlos Ischia–. Si no, los campeonatos se medirían por otras situaciones: quién mejor juega, quién más situaciones de gol crea... Esto es por puntos y el que suma más, es el mejor”, insistió.

El técnico de Estudiantes, Roberto Sensini, opina que “el que sale campeón tiene que hacer las cosas mejor que el que sale segundo o tercero, y seguramente River hizo las cosas mejor que nosotros”.

Los cuadros que se incluyen en esta página demuestran que, en términos de victorias y suma de puntos, el River de Simeone es uno de los más eficaces de los últimos cinco años.

Todavía le queda un partido, tres puntos por disputar, con lo que podría elevar todavía su rendimiento, pero sin superar al del campeón que lo precede, el Boca del Clausura 2006. De todas maneras, este River produjo un más eficaz rendimiento que el campeón del Clausura 2004 –el último título que habían celebrado los hinchas de Núñez–, aunque no lo supera en todos los rubros.

De hecho, aquel equipo marcó 41 goles para consagrarse –el único monarca del período que superó los dos goles por partido de promedio–, 15 más que este campeón, que sólo marcó 26 goles en 18 partidos, la segunda peor marca de los últimos cinco años, sólo superado por el tibio Newell’s del Apertura 2004. Le queda, sin embargo, un partido para aumentar la cuenta. Los cuatro empates sin goles contribuyeron a la pálida marca.

Y si es por partidos ganados, los 12 triunfos (que pueden ser 13) ponen a este campeón entre los más exitosos de los últimos años. No está nada mal.