La derrota en el superclásico ante Boca trajo mar de fondo y parece que quebró definitivamente la relación entre Diego Simeone y el plantel de River. Cuando se esperaba una reunión con los jugadores para ensayar una autocrítica, el entrenador optó por no charlar con sus dirigidos, tal como había ocurrido el domingo tras el partido. Pero, más allá del mal clima, desde la dirigencia se mantiene el mensaje de querer sostener la continuidad de Simeone, pese a que los rumores que circulan indican que el técnico tiene decidido su alejamiento no bien se produzca el final de la participación de River en la Copa Sudamericana.

El trascendental partido de mañana ante Chivas resultó vital para que River todavía tenga entrenador. Tan abatido quedó Simeone por la poca respuesta de sus jugadores ante Boca que no habló con ellos tras el juego y tampoco lo hizo ayer, en la práctica a puertas cerradas que llevó a cabo el plantel. El técnico prefirió quedarse en el vestuario junto con su ayudante Nelson Vivas y recién se acercó al entrenamiento cuando los futbolistas hacía 15 minutos que realizaban trabajos regenerativos. Luego de la práctica, los jugadores se retiraron sin hablar, la misma actitud que adoptó el entrenador, luego de mantener otra reunión en el centro del campo junto a sus colaboradores.

Este comportamiento de Simeone lo único que hizo fue potenciar las versiones que indican que en su cabeza ronda el pensamiento de que su ciclo en River está cumplido y que sólo lo mantiene en su cargo la obligación del compromiso ante Chivas de la Sudamericana. Ante esos rumores, el dirigente Rodolfo Cuiña trató de expresarle todo su apoyo al técnico y ratificó que la idea de la comisión directiva es renovarle el contrato a Simeone. “En la vida, me gusta mucho la gente que trabaja, pone sacrificio, y Simeone es una persona así, por eso tiene todo el apoyo que puedo darle dentro de River, porque es un técnico que merece estar en River”, sostuvo el dirigente por radio La Red.