“Mi confianza está gastada” había confesado Angel Cappa, el técnico de Huracán, el subcampeón del fútbol argentino, el domingo, tras la caída 2-1 con Lanús como local. La cantidad de dificultades que el entrenador debió atravesar para formar un equipo de emergencia con el que debutar en el Apertura se trasuntaban en su fastidio poco disimulado contra los dirigentes del equipo de Parque de los Patricios. Ayer, el presidente del club, Carlos Babington, aseguró que “no hay posibilidad de que Cappa se vaya” del club, después de asegurar que “el técnico se enojó y lo entiendo” y recordar que “la apuesta era no tener problemas con el descenso y después surgió lo del campeonato. Esto es un problema de tiempos”.

Huracán volverá a jugar el domingo, como visitante, ante Newell’s en Rosario, a las 20. “Espero poder hacer esta semana al menos dos entrenamientos con el equipo que pueda poner frente a Newell’s”, dijo el técnico, con una mezcla de desesperanza y rabia.

Mientras Matías Defederico, la última desvinculación de Huracán, era presentado ayer en el Corinthians de San Pablo, Cappa espera por los últimos refuerzos para el equipo. Lionel Altobelli, delantero de Tigre, y Eial Strahman, juvenil de River, eran las últimas tratativas. “En Huracán los refuerzos casi están por llegar, siempre –dijo el técnico con ironía–. Espero que los jugadores lleguen esta semana para que podamos trabajar con el equipo completo toda la semana y después ponerlo ante Newell’s”, remarcó.

“Yo sigo porque siento que Huracán es mi lugar en el mundo, en otro club yo ya habría dicho ‘señores, hasta aquí llegué’. Por eso me duele todo lo que está pasando –reconoció el entrenador, que el domingo sólo pudo poner en el equipo titular a cuatro de los titulares de Huracán en el Apertura (Monzón, Goltz, Bolatti y Leandro Díaz)–. Sigo porque es mi fútbol, lo que a mí me gusta, porque el reconocimiento de la gente es emocionante.”

Huracán, el equipo más goleador del torneo anterior, jugó con dos delanteros (Federico Laurito y Nicolás Trecco) que hacían su debut en Primera. “Los pibes tienen que asumir una responsabilidad que no les corresponde –dijo Cappa–. Hay que ir foguéandolos, poniéndolos 15 minutos en un partido, 20 en otro, luego un tiempo completo, pero es una locura tener que presentarse así”.

Babington coincidió en que lo sucedido “no es lo mejor que le puede pasar a un equipo, pero tan mal no está” y explicó: “Angel sabe que Huracán no puede competir en algunos aspectos económicos. Es muy temperamental y le da bronca, pero no había alternativa. Se enojó y yo lo entiendo. Una cosa es que se enoje, yo también estoy un poco enojado, no es la mejor forma de empezar, pero no hay posibilidad de que se vaya”.