Sábado, 19 de diciembre de 2009 | Hoy
DEPORTES › UNA TENDENCIA QUE GANA TERRENO EN LA LIGA NACIONAL DE BáSQUETBOL
La posibilidad de cambiar jugadores nacionales, que el reglamento permite desde hace cuatro años, ganó terreno en esta temporada con una gran cantidad de movimientos que los equipos aprovechan con diferentes estrategias.
Por Ariel Greco
Desde Mar del Plata
En las primeras dos décadas de la Liga Nacional de Básquetbol, no estaban permitidos los recambios de jugadores nacionales. De esa manera, los planteles arrancaban y terminaban con los mismos hombres, lo que transformaba a los extranjeros y los entrenadores en los únicos fusibles para intentar revertir una mala campaña. Sin embargo, desde hace cuatro años, la reglamentación se modificó y permite cambiar una ficha por otra, incluso con la posibilidad de sacar un importado y reemplazarlo por un argentino. Y para esta temporada, esa variante se transformó en una moda, con numerosos cambios, incluso de jugadores que salieron por supuesto bajo rendimiento de un equipo de aspiraciones modestas y casi de inmediato se sumaron a alguno con el título como objetivo.
“El equipo está mal y los dirigentes consideraron que se necesitaba un cambio”, señaló Esteban De la Fuente, entrenador de Quilmes que, luego de seis derrotas consecutivas, durante esta semana prescindió de su base titular, Martín Muller, pese a que por reglamento deberá seguir pagándole su sueldo hasta que se termine su contrato o consiga otro equipo. Lo bueno para el equipo marplatense es que Muller aparece con muchas posibilidades de sumarse en los próximos días a Libertad de Sunchales, un club de los que pelean en los primeros puestos. Claro que la decisión provocó otros cambios. Para armar juego, Quilmes trajo al estadounidense Robert McKiver, que debutó con buen suceso el jueves en la derrota ante Peñarol en el clásico de la primera jornada del Super Ocho. Y además evitó que Dragan Capitanich, el base suplente del equipo, se marchara a Quimsa, otro de los aspirantes al título, para reemplazar al lesionado Franco Balbi. La operación estaba a punto de concretarse, pero la salida de Muller la detuvo.
Otro caso curioso se dio con Pablo Gil, escolta titular de Unión en el arranque del año. Dado de baja por un rendimiento que no conformó a la directiva sunchalense en un conjunto que lucha por no descender, el bahiense no tuvo tiempo de preocuparse en buscar un nuevo equipo, ya que en menos de una semana se sumó a las filas de Quimsa, campeón de la Copa Argentina y la Liga Sudamericana. El jueves, Gil ya debutó con su nuevo equipo en la caída ante Sionista, con la esperanza de buscar el campeonato.
A veces los cambios producen resultados aún mejores que los cálculos más optimistas. Lucas Victoriano, integrante de la Generación Dorada en sus comienzos, llegó a Lanús, que marchaba último en la zona Sur, para suplantar al estadounidense Antawn Dobie. Luego de una racha de victorias, el conjunto granate se instaló tercero en las posiciones. “Es una medida superadora, siempre que se utilice con responsabilidad y no se corte gente por cortar”, dijo a Página/12 Claudio Villanueva, uno de los agentes de basquetbolistas más importantes del mercado. Tal vez esas palabras tengan como referencia a casos como el de Olímpico, que el mismo día despidió a Pedro Calderón, Kevin Young y Anthony Glover, contrató a Juan Manuel Torres como reemplazo y ahora busca dos nuevos americanos. Igual, el agente le encuentra un punto positivo a la medida. “Hay jugadores que no se sienten cómodos en un lugar o no le sirven como se pensaba al entrenador y es positivo que puedan cambiar de aires”, señaló Villanueva, que reconoció que algunos de sus representados le piden que le consiga otro equipo en medio de la temporada.
“Nosotros no nos oponemos. Estamos a favor porque permite que un jugador se pueda insertar en otro equipo y no pierda seis meses”, le contó a este diario Michael Stura, presidente de la Asociación de Jugadores. “Es prueba y error, pero lo fundamental es que hay un plazo límite, para no desvirtuar la competencia, y que los vínculos son garantizados. Si lo quieren cortar, para el jugador no es bueno porque puede quedarse varios meses sin equipo, pero por lo menos cobra todo el contrato que estaba estipulado”, aseguró el ex jugador de Peñarol. Por el momento, los cambios son constantes, y cuando finalice la temporada, habrá que hacer un balance para saber qué tan positivos fueron.
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