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Godoy Cruz deberá superar esta noche a Liga Universitaria de Quito, en Ecuador, para clasificarse a los octavos de final de la Copa Libertadores. Carlos Sánchez, una de sus figuras, analizó el desafío.

–¿Cómo se mentaliza para un partido en el que sólo sirve la victoria?

–No podemos especular. Necesitamos sumar de a tres. Sabemos que vamos a jugar con uno de los mejores equipos de América, que tiene jugadores de enorme categoría y que en los últimos años demostró por qué está en un nivel superlativo, comparado con muchos planteles del continente. Aun así, no debemos amilanarnos. Somos conscientes de que llegamos a este encuentro con chances y queremos aprovechar la oportunidad al máximo. Mientras existan posibilidades matemáticas, tenemos que pelearla. No sería lógico que demos por perdido el partido de movida. Significaría subestimarnos a nosotros mismos. Si vamos con esa mentalidad, yo prefiero no salir a la cancha.

–En su estadio, Liga venció 3-0 a Independiente y 5-0 a Peñarol. ¿Cómo puede hacer Godoy Cruz para obtener el triunfo?

–Es verdad que los números nos muestran que la realidad viene complicada. En Ecuador la presión va a ser grande. Liga tampoco puede especular demasiado. El empate le sirve, pero cuando salís con ese pensamiento te pasan por encima. No va a jugar sosteniendo el empate, en su casa debe intentar más, buscar ser más peligroso. Sin embargo, para ellos va a ser una presión. Es algo que Godoy Cruz debe explotar al máximo. Cuando va de punto, este equipo saca su mejor juego. Así vamos por un batacazo.

–¿Qué conclusión saca de esta primera experiencia en la Copa Libertadores?

–Jugarla te da un prestigio impresionante. Aun así me sorprendí con el nivel. Creo que está en un declive muy grande. Salvo algunos casos excepcionales de equipos brasileños, Libertad de Paraguay, que es sólido, o quizás Estudiantes, que se mantiene firme a pesar de ciertos tropezones, los equipos que afrontan la Copa pasan en gran medida sin pena ni gloria. El rendimiento es bajo y eso lo regulariza, hace que sea muy peleado, pero por lo flojo. Al torneo le faltan individualidades de peso que le den trascendencia nuevamente. Que la Libertadores sea pareja marca a las claras no que haya una mejor competencia, sino todo lo contrario: el temor a perder desvirtúa y perjudica la calidad del fútbol del continente.

Entrevistó: Matías Quercia.