Miércoles, 1 de junio de 2011 | Hoy
DEPORTES › ENZO PéREZ, UNO DE LOS CONVOCADOS
Dos realidades diferentes vive Enzo Pérez. Figura de un Estudiantes que lejos está de aquel campeón ejemplar del año pasado, ahora sin entrenador. Por el otro, la chance concreta de ser parte de la Selección Argentina en la Copa América, pues es una de las variantes que tiene en mente Sergio Batista para completar el mediocampo.
–¿Cómo explica esta posibilidad de estar en la Copa América, inmerso en una realidad bastante complicada de Estudiantes?
–Estudiantes pasa por un semestre en el que tuvo que superar varios sofocones juntos. La renovación del entrenador cuando comenzó el torneo fue un golpe que es difícil de afrontar si no se está preparado. El equipo venía de un nivel superlativo y la modificación se hizo sentir abruptamente. Aun así, la posibilidad de estar en la Copa América no se debería analizar por el último tramo del Clausura; si un jugador debe o no estar en la Selección. Creo que es algo de largo plazo y en ese período uno puede demostrar sus condiciones. Siento que puedo aportar al ser convocado. Vestir la celeste y blanca en un certamen de esta magnitud sería algo maravilloso.
–La confianza que no encontró el último tiempo en Estudiantes, ¿la recuperó con la Selección Argentina doméstica que le permite estar en la mira para la Copa?
–No se trata de confianza sino de amoldarse a lo que necesita el equipo. En Estudiantes nos está costando recuperar el rumbo, y el jugar por poco en el último tiempo no genera una motivación extra. Algunos de los que salimos a la cancha con la Selección, por ejemplo en Chaco la semana pasada, sabemos que tenemos en el horizonte una Copa América que nos ilusiona, que está al alcance de la mano y que no pretendemos perdernos por nada en el mundo. Después se puede dar la convocatoria, o no, pero las ganas influyen. Como dije: la cabeza juega un rol especial en el fútbol.
–¿Qué pasó con Berizzo, que llegó a un equipo campeón y se fue cien días después con una realidad completamente opuesta?
–Es difícil de explicar situaciones así, porque Estudiantes terminó el 2010 con un de-sempeño individual y grupal fabuloso, en el que demostramos ser superiores a la mayoría de los equipos. Sin embargo, la cabeza juega mucho en el fútbol. Parece que en este deporte absolutamente profesional lo único que vale es correr más que el otro y la verdad es que la cuestión psicológica tiene un peso fundamental. No todos los semestres son exitosos, debemos ser realistas ante ese problema. Y con Berizzo no salieron las cosas que se podía esperar de este plantel. Tuvimos buenos partidos, en los que nos asemejamos al año pasado, pero nunca encontramos una regularidad que nos diera confianza y pudiera volver a mostrarnos como el Estudiantes campeón.
–¿Cuánto pesó la ausencia de Juan Sebastián Verón por su lesión?
–Cuando no se pasa por un buen momento, los referentes son clave. Este plantel perdió en la cancha a un pilar, que tiene un gran peso específico. Posiblemente, él en el campo de juego asumiría mucha responsabilidad por la realidad de Estudiantes y nos quitaría presiones a los demás. Pero la verdad es que somos todos culpables de esta situación.
–Mañana completan el encuentro suspendido con Huracán, donde pueden reivindicarse. ¿Cómo maneja las suspicacias que se generan en torno de Gimnasia?
–No nos debe condicionar esa situación. Nosotros necesitamos mantener el triunfo, sumar confianza con tres puntos importantes. Lo que sucede en la pelea entre Huracán y Gimnasia no nos tiene por qué tocar de cerca. Eso queda para los hinchas. Los jugadores vamos a defender el amor propio. Gimnasia se salva o desciende por propio mérito. Nosotros sólo debemos hacer lo mejor para Estudiantes.
Entrevistó: Matías Quercia.
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