Boca exhibió todo su oficio en el plano internacional para acceder a una nueva final de la Copa Libertadores. El equipo empató sin goles ante la Universidad de Chile e hizo valer el 2-0 conseguido la semana pasada. El miércoles próximo será el primer duelo con Corinthians de Brasil.

Los locales decidieron jugar con su última línea bien adelantada, para tratar de dejar fuera de juego a los delanteros de Boca. De todas maneras, el equipo visitante buscó adueñarse de la pelota en la mitad de la cancha y con el esfuerzo de Erviti, más la sapiencia de Riquelme, comenzó a superar la última línea con peligro serio.

Cuando apenas habían pasado siete minutos, Boca tuvo su primera chance: gran maniobra por la derecha entre Mouche y Riquelme, que terminó con un remate del capitán en el travesaño. Enseguida, Mouche estuvo cerca y le entregó la pelota al arquero. La profundidad de Boca provocaba que cada acción de ataque fuera una complicación para el arco local. Una nueva oportunidad tuvo Mouche, pero perdió ante la salida de Herrera, que le tapó el remate.

La Universidad sólo se acercó dos veces en el primer tiempo, pero con bastante tibieza. Marino habilitó a Henríquez, que no llegó a conectar y atrapó la pelota Orion. Después, Fernandes ganó de cabeza y Orion reaccionó bien tirando la pelota al corner.

Los delanteros de Boca eran difíciles de controlar para los defensores chilenos, sobre todo Mouche, que a pesar de fallar en la definición, cuando desbordaba por los costados le ganaba la posición a sus marcadores. Encima, cuando Clemente Rodríguez sorprendió apareciendo por la izquierda, lanzó la pelota al área, pero ni Silva ni Mouche pudieron conectarla para convertir el gol. La diferencia que había mostrado Boca a su favor durante la primera parte, no la pudo reflejar en el resultado, ya que tácticamente había superado a su adversario.

Boca se retrasó en el segundo tiempo, impulsado también por los chilenos, que salieron en busca del gol. Díaz remató un tiro libre que dio en el travesaño, y después Orion atrapó un derechazo de González con gran reacción. La urgencia de los locales provocaba que atacara con desesperación, y a veces con un poco de confusión.

Orion se fue convirtiendo en uno de los más destacados con sus respuestas. Primero ante un remate de Díaz y después ante un cabezazo de Henríquez. Boca tuvo menos posibilidades que en la primera parte, y Riquelme contó con una chance, pero no le pudo pegar bien, de frente al arco, luego de otro desborde de Mouche. En el final, Ruidíaz estrelló un derechazo en el travesaño. No hubo caso, los goles no aparecieron.