Se acerca la fecha de la elección interna en la provincia de Buenos Aires y los distintos sectores del radicalismo redoblaron el tono de la confrontación y lanzaron denuncias recíprocas. Por un lado, el sector de Ricardo Alfonsín y su aliado Gustavo Po-sse denunciaron amenazas por parte de intendentes del PJ bonaerense para que dirigentes radicales vinculados con sus municipios vayan a votar por el sector de Leopoldo Moreau, Federico Storani y los ex cobistas Mario Meoni y Héctor “Cachi” Gutiérrez. En respuesta, este espacio denominado Nuevos Aires denunció irregularidades con el padrón electoral y la desaparición de 250 urnas del Comité Provincia. “Lo que pasa es que Moreau está asustado porque sabe que el resultado le juega en contra y ya no sabe qué más hacer para impedir que la gente se exprese”, sentenció Carlos Pérez Gresia, dirigente del alfonsinismo y secretario general del comité local.

A fines de la semana pasada, el clima de la interna radical empezó a caldearse. El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, primer candidato a convencional nacional, acusó al vicepresidente Amado Boudou de interferir en la interna para elegir autoridades partidarias. “En varios municipios hemos detectado esta situación donde el Ejecutivo municipal se entromete. La situación más grave la sufrimos en Lomas de Zamora, donde el presidente del Concejo Deliberante, Santiago Carasatorre, anda apretando a trabajadores para que no participen de la lista del Morena”, relató el lomense Pablo Domenichini, ex presidente de la Federación Universitaria Argentina (FUA).

Por su parte, el espacio liderado por Moreau, Storani y los intendentes Meoni y Gutiérrez realizó una presentación en la Justicia Electoral por la confección del padrón en el que, según dijeron, figuran cerca de 30 mil afiliados al PJ. El juez federal con competencia electoral, Manuel Blanco, intimó ayer al partido para que antes de las 10 de la mañana de hoy le envíe el padrón a utilizarse el domingo y le indique en base a qué criterio fue confeccionado.

“Mañana mismo (por hoy) les vamos a mandar los padrones. Son los mismos que ellos hicieron para la interna de 2010, más las actas de la Justicia Electoral de 2011 y 2012”, respondió Pérez Gresia en diálogo con Página/12. El alfonsinismo asegura que el registro de afiliados tiene los mismos integrantes que en la elección pasada, cuando la Junta Electoral estaba manejada por Moreau. Después de perder aquella interna, el alfonsinismo pasó a tener cuatro de cinco miembros en la junta.

Más allá de la denuncia, el eje del conflicto con los padrones tiene que ver con el partido Acción Vecinal por San Isidro, que lidera Posse. Como el intendente jugaba con Moreau en aquella elección, los más de 10 mil afiliados que tenía la fuerza vecinalista se incorporaron al padrón de la interna. “En esta oportunidad, como Po-sse se asoció con Alfonsín, ellos no quieren que metan sus afiliados”, explica un operador del radicalismo bonaerense que maneja los detalles de la ingeniería electoral. A 48 horas de la elección, Blanco deberá ahora revisar los padrones y comprobar si existen o no irregularidades.

“Moreau ya no sabe qué inventar para no votar. Ellos quisieron la interna cuando nosotros les ofrecimos buscar una lista de unidad. Ahora que vieron que la opinión de la mayoría de los afiliados se inclina en contra, hacen esto”, remarcó Pérez Gresia.

Otra denuncia conocida ayer es la “desaparición” de 250 urnas para la elección, que se encontraban en el Comité. El espacio Nuevos Aires –que lleva al intendente de Chascomús, Juan Gobbi, de candidato– acusó al oficialismo partidario de preparar un fraude electoral el domingo. “Esto no tiene antecedentes y no sabemos si es una muestra más de un intento de fraude a gran escala o simplemente la manifestación de ineptitud y desidia del comité provincial presidido por Miguel Bazze”, espetaron Gobbi y Gutiérrez en un comunicado. Pérez Gresia respondió que “jamás” el comité provincia proveyó de todas las urnas a los comités de distrito y que solicitaron urnas al gobierno nacional, las cuales fueron repartidas conforme las fueron solicitando los distintos distritos.

Desde los dos sectores se mostraron desconfiados respecto de la participación en la elección, pero la polémica ya está instalada.