Que se sepa, desde la guardia pretoriana del tacticismo a ultranza, nada se ha dicho ni escrito, ni sesudas reflexiones ni enfáticas e inconducentes banalidades, sobre la supuesta “sorpresa” de la sexta fecha de este torneo que algunos rebautizaron oficialmente como Inicial, pese a que se disputa en el segundo semestre del año, mientras que en la primera mitad del año se jugó el “Clausura”.

Ninguno de los reivindicadores –ni dirigentes ni jugadores, ni entrenadores ni opinadores diversos– de aquello tan contra natura de “son más importantes los técnicos que los jugadores” parece haber caído en la cuenta de que San Martín de San Juan llegó al partido contra el último campeón Arsenal con cinco partidos jugados, todos perdidos con dos goles a favor y once en contra y sin director técnico, contra tres partidos ganados, dos empatados y ninguno perdido, con seis goles a favor y dos en contra del equipo de Sarandí.

Tampoco, desde los púlpitos de “lo único que importa es ganar”, hubo jamás una referencia a que en esta malaria futbolera que se soporta fin de semana tras fin de semana, el equipo sanjuanino jugaba menos mal que la mayoría.