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Siempre que llega el final de un año y en este caso el final de un ciclo olímpico junto al comienzo de otro, resulta necesario realizar un balance y analizar las perspectivas a futuro.

La actuación argentina en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 nos dice desde la simple estadística que se obtuvieron 4 medallas y 10 diplomas, sosteniendo de esta manera el exitoso ciclo iniciado en Atenas 2004, afirmado en Beijing 2008 y que hoy aparece como el ciclo de 3 Juegos consecutivos más próspero en cuanto a resultados de los últimos 60 años, con 16 medallas.

Sin embargo, también hemos dicho en más de una oportunidad que la sola mención de los resultados puede ser engañosa si no está respaldada por fuertes y perdurables políticas de Estado.

Es así que un estadístico desprevenido podría inferir que Etiopía, Kenia o Jamaica tienen mejor deporte que Noruega, Finlandia o Dinamarca, simplemente porque obtienen más medallas en las citas olímpicas.

En el caso de nuestro país encontramos que las acciones profundas y perdurables marchan paralelas y ascendentes junto con la exitosa estadística ya mencionada.

Es así que entre otras realizaciones observamos cómo en los Juegos Evita de este año no sólo se han multiplicado los chicos participantes sino que se han incluido siete nuevas disciplinas, respecto del 2011, llevando a 14 el número de deportes que transforman a estos Juegos, en un verdadero e histórico punto de integración y conexión entre el Deporte Social y el de Alto Rendimiento, logrando una visibilización de varias disciplinas que hace una década se encontraban en riesgo de extinción.

La Escuela Media funcionando en el Cenard nos ha mostrado en pocos años, con sus medallistas sudamericanos y panamericanos y con su representante olímpico, que la difícil ecuación Estudio-Deporte puede y debe ser una realidad.

La duplicación del presupuesto anual dedicado al deporte, tras la creación por ley nacional del Enard es otro punto sin lugar a dudas decisivo para el alto rendimiento entre las realizaciones del presente ciclo.

Se inicia ahora un nuevo período en el que los objetivos colectivos más inmediatos serán los Juegos Olímpicos de la Juventud en Nanjing 2014, los Panamericanos de Toronto 2015 y los Juegos de Río 2016.

El camino hacia todas estas grandes competencias estará como siempre abonado por el esfuerzo y la dedicación de deportistas, técnicos y federaciones, pero –fundamentalmente– no se nutrirá sólo de heroicidades individuales por sobre las creaciones colectivas, ya que resulta claro que las realizaciones basadas en claras políticas de Estado resultarán siempre más justas y perdurables.

* Director nacional de Deportes.