Antes de que se celebre el 76º Campeonato Argentino de Profesionales de Golf en el Club de Golf de San Isidro el próximo 30 de septiembre, dos de los más grandes golfistas de la historia del deporte en el país, Vicente “Chino” Fernández y Eduardo “Gato” Romero, ambos agrupados en la Asociación de Profesionales de Golf en Argentina (PGA), le contaron a Página/12 el “arduo” trabajo que se realiza desde esa entidad, fundada en 1932, para fomentar el crecimiento en el país de un deporte que, a nivel profesional, “une los extremos”.

Junto con el Abierto de la República, el Campeonato Argentino de Profesionales es el torneo de golf con más historia y prestigio que tiene el país y sirve como trampolín inicial para los jugadores profesionales que pretenden proyectar internacionalmente su carrera. “Si en toda mi historia tengo que elegir ganar un torneo, elijo siempre el Campeonato Argentino de Profesionales”, contó Romero, que en su carrera ganó el campeonato siete veces. “Fue el que me dio la posibilidad de decir: ‘Bueno, yo puedo ganar, allá puedo ganar también’. Para mí ganarlo por primera vez fue como ganar un torneo afuera, primero por el nivel, segundo por el prestigio que tiene, por la historia. Hay cada nombre en esa copa”.

V. F.: –El golf es uno de los pocos deportes que unen los extremos. Une al caddie, que viene de un origen muy pobre, y al empresario, que es el rico, el que tiene el poder adquisitivo.

V. F.: –Yo asumí el cargo en la PGA para conseguir más sponsors y lograr así que haya continuidad de torneos en el tour argentino. En cierta forma tratamos de que el profesional vuelva a ocupar el lugar que le corresponde. Lo que pasa es que el lugar del profesional de golf en la Argentina es lo opuesto a lo que pasa en otros deportes. En otros deportes el profesional es el que tiene el dinero. En el golf, es al revés: el amateur es el que tiene el dinero, el profesional es el que viene de una familia pobre. Muy poca gente sabe eso, el público en el país no sabe que el profesional es el que menos dinero tiene.

V. F.: –El Campeonato Argentino es uno de los títulos más antiguos que hay de EE.UU. para abajo y es, junto con el torneo Maestro y el Abierto de la República, el título nacional que se mira a nivel internacional. Afuera se sabe quién lo ganó. Pero en este momento la organización es a pulmón, a horas hombre. No tenemos presupuesto para pagar a una organización que se dedique a eso.

(Simultáneo “sí”.)

E. R.: –Es el factor principal.

V. F.: –El golf, en un momento en Argentina, fue un deporte que tenía una convocatoria muy buena, después se fue perdiendo espacio y hoy estamos tratando de recuperarlo. Hay alrededor de 40 argentinos por los tours del mundo, y con buenos resultados. Se está buscando reforzar esa presencia y desarrollo del profesional, con capacitación y mejores torneos. Ahora terminamos un curso de capacitación de nivel terciario. Somos uno de los únicos países que tiene una capacitación del profesional a nivel terciario, ese es el futuro del profesional de golf, la capacitación.

E. R.: –Y recién ahora las empresas se están volcando, se habían alejado del deporte. Y también porque nosotros, si bien no hacíamos las cosas mal, tampoco las hacíamos muy bien. Ahora hemos logrado unirnos aquellos jugadores que ya no vamos afuera y tratado de volcar nuestra experiencia, nuestro nombre, para unir el golf profesional y empezar a unir a los sponsors. Además, por mi parte es un poco lo que le debo a la PGA, por lo que me dio. Yo estoy donde estoy porque la PGA me dio la oportunidad de ser profesional de golf y, en base a eso, irme a jugar afuera.

V. F.: –El camino para los jugadores es tener mejores torneos y mejores premios, cosa que ellos se vayan haciendo en la competencia y después puedan juntar algo de dinero para intentar otros circuitos. Nuestro trabajo es la capacitación y conseguir los sponsors para los torneos y, con eso, empujarlos para que intenten en otros circuitos. Hay jóvenes muy talentosos, pero como ha pasado históricamente en la Argentina, muchos se han quedado en el camino por falta de medios económicos. Eso es lo que estamos buscando subsanar...

E. R.: –Todavía uno de los factores que le falta al golf argentino es que la televisión se acerque y que filme un torneo. Cuando uno va a una empresa y dice que va a haber televisión los tipos cambian inmediatamente y dan el sí. El día que podamos tener la televisión fija va a ser otra cosa. Pero por ahora las bolsas que se están moviendo son ínfimas.

V. F.: –Es un trabajo arduo. Pero tenemos que revertir una situación de varios años de no trabajar en conjunto. Hoy seguimos empujando para volver a un lugar que, creo, se merece el golf argentino.

E. R.: –Sí, si ya hay un canal que transmite las veinticuatro horas golf. Además, hoy hay muchos futbolistas que juegan al golf. Es un deporte que ha explotado en los últimos años y recién ahora la gente se ha dado cuenta de lo bueno que es. Muchas veces uno ve a un tipo jugando al golf y dice: ‘Mirá a ese tonto pegándole a una pelota’, pero cuando se mete y empieza a jugar cambia por completo esa visión, se da cuenta lo bueno que es el golf.

E. R.: –Si, yo creo que sí. Ahora hay una impasse, ya debería haber surgido otro. Al principio se siguió siempre un ejemplo. Primero estuvo Roberto (De Vincenzo), después vino el Chino y después yo. Apareció (Ricardo) González, después vino (Angel) Cabrera, y atrás de él (Andrés) el Pigu Romero. Pero Romerito ya tiene treinta y algo de años y no hay nadie que esté saliendo, hay un hueco que se está produciendo que ojalá se pueda cubrir. Hay chicos buenos, el chico Fernández de Córdoba juega bien, Grillo, hay varios que están jugando bastante bien. Lo bueno que tiene el golf es que tiene una carrera larga. El Chino jugó hasta el año pasado, y sigue jugando.

V. F.: –Uno siempre tiene la ilusión de ganar. Por más que los años se sienten, y se siente en el juego también. Pero uno tiene la ilusión. Yo sigo jugando porque me gusta. Cuando estoy en el primer hoyo quiero competir, quiero ganar.

Entrevista: Santiago Uberti.