Sábado, 26 de octubre de 2013 | Hoy
DEPORTES › BOCA DERROTO 2-0 A COLON Y SE COLOCO A TRES PUNTOS DE NEWELL’S
El equipo de Bianchi se enchufó un ratito y liquidó a un rival que se entregó desde el comienzo. Gigliotti, que marcó el séptimo gol en siete partidos, y el Burrito Martínez, que quebró su mala racha, anotaron los tantos boquenses.
Por Ariel Greco
Al trámite de Boca le sobraron 88 minutos. En sólo 90 segundos, el equipo de Carlos Bianchi resolvió el problema –sencillo– que significó la oposición de Colón y se llevó tres puntos que lo colocan de lleno en la pelea del título, al menos desde los números. En cuanto al juego, el balance que se puede hacer es relativo a partir de la pobre prestación del conjunto santafesino, que generó una chance y media de gol en todo el partido.
El electrizante minuto y medio que comenzó con el centro de Sánchez Miño para Gigliotti en la previa del primer gol hasta el rebote que aprovechó Juan Manuel Martínez para anotar el segundo valió más que el resto del juego. En ese lapso, a Boca le alcanzó para demostrar que Gigliotti sigue en estado de gracia, con siete tantos en siete partidos, y para que Martínez se sacara la mufa y volviera a convertir, casualmente otra vez ante el mismo rival. Y también, le sirvió para desmoralizar definitivamente a un equipo entregado desde que salió desde el vestuario.
El empate de Newell’s en la previa del partido motivó mucho a los hinchas xeneizes, que arengaron a sus jugadores incluso desde antes de que empezara el encuentro. Por eso, desde el pitazo inicial pareció que Boca iba a salir a arrollar a su rival. Pero el incentivo de su público apenas duró un minuto, hasta que Montoya manoteó como pudo un centro peligroso de Sánchez Miño. A partir de ahí, el ritmo de Boca se ralentizó, en parte por desidia propia y en parte por la íntima convicción de que el gol llegaría por decantación.
Del otro lado, Colón salió con una timidez asombrosa. Con un equipo plagado de volantes y varios juveniles todavía tiernos, el equipo de Sciacqua apenas opuso resistencia. La llevaba bastante bien por la impericia de Boca, pero en cuanto lo golpearon, dejó en claro que su mandíbula era de cristal. Primero permitió que Sánchez Miño ejecutara un centro con absoluta libertad y luego Landa no pudo evitar que Gigliotti lo anticipara para meter un cabezazo goleador. Y como si fuera poco, en la jugada siguiente, el goleador habilitó a Sánchez Miño, que disparó débil pero Montoya regaló un rebote que Martínez no dilapidó. Pasados los 20 minutos, el partido ya estaba 2-0 y totalmente definido.
El resto del juego tuvo un de-sarrollo monótono. Sin demasiadas luces, con un Riquelme llamativamente impreciso y un Gago que apenas mostraba destellos de su calidad, a Boca le alcanzaba para mantener el control del trámite y, cada tanto, generar alguna ocasión para aumentar. Del otro lado, Colón apenas pudo armar una chance de riesgo –siendo generoso en el calificativo– con un remate de Mugni a las manos de Orion. Por eso, su única posibilidad real nació de un error de Claudio Pérez, que el pibe Camachi no pudo resolver bien ante el achique de Orion.
A esa altura, Boca quería el final, tanto que Bianchi sacó a Riquelme, Gago y Martínez para evitar otro disgusto con las lesiones. Con muy poco había cumplido su labor y ya la cabeza estaba puesta en San Lorenzo.
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