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Nosotros, cineastas, artistas, hombres y mujeres de cultura de Haití y del mundo, somos particularmente sensibles a los sufrimientos de nuestros hermanos en cualquier latitud que se encuentren.

La decisión 168-14 adoptada por la Corte Constitucional de la República Dominicana, privando de su nacionalidad a todos los ciudadanos dominicanos de origen haitiano nacidos después de 1929, interpela nuestra conciencia y nos obliga a elevar nuestra voz contra esta medida de consecuencias incalculables para 300.000 ciudadanos dominicanos de raza negra.

En efecto, lo que podría parecer como un acto demencial de tiempos pasados, acaba de realizarse en violación de la Declaración Universal de los Derechos humanos, que estipula en su artículo 15 que todo individuo tiene derecho a una nacionalidad y que nadie puede ser privado de ella.

Este acto de la Corte Constitucional nos recuerda las medidas que precedieron al genocidio en 1937 de 30.000 haitianos perpetrado por el dictador fascista Rafael Leonidas Trujillo, émulo de Hitler. Y más recientemente podría parecerse al genocidio ruandés que fue precedido por un clima similar al que ciertos sectores racistas y xenófobos quieren crear en la República Dominicana.

Los haitianos y los demócratas del mundo entero no pueden sino condenar una medida tan peligrosa exigiendo al mismo tiempo su retiro por la Corte Constitucional dominicana.

Pedimos a todas las organizaciones antirracistas, anti-apartheid y de defensa de los derechos humanos, así como a todas las instancias democráticas del mundo, elevar sus voces para condenar esta medida exigiendo su retiro inmediato o el boicot de productos dominicanos y del turismo en ese país que ningún demócrata y antirracista debería visitar en solidaridad con esos ciudadanos dominicanos amenazados de destierro por su origen racial.

* Director del Centro Petion-Bolívar Président y consejero de la Asociación Haitiana de Cineastas (AHC).