El Gobierno pidió a las empresas del sector minero que aporten 300 millones de dólares para la compra del Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (Baade) y las sumó a la exigencia sobre cerealeras, automotrices, electrónicas de Tierra del Fuego y bancos. Por ahora, la gran mayoría de los Baade se vendieron como parte del arreglo de pago al que se llegó con las empresas que litigaron contra el país en el Ciadi. Varias cerealeras tienen decidido comprar pero quieren que se explicite en la normativa que no es un título para blanquear capitales y que los préstamos del exterior que consigan no estarán sujetos a encajes.

El principal motivador de la captación de divisas a través del Baade es el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. El objetivo es proporcionar un flujo de recursos que permita financiar el incremento en la actividad exploratoria por parte de YPF. En la reunión de ayer a la mañana con las empresas del sector minero acompañaron a Moreno el subsecretario de Coordinación y Control del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta, y el secretario de Minería, Jorge Mayoral.

Moreno explicó que el Gobierno necesita financiamiento y que no está dispuesto a someterse a los condicionamientos de los organismos internacionales de crédito, de ahí el pedido al sector privado. Para las empresas no es un negocio invertir en Baade. Se trata de una concesión por la cual evitan una disputa con el Gobierno y especialmente con Moreno.

En este caso el pedido a las multinacionales mineras fue que aporten 300 millones de dólares a repartir como mejor les parezca, aunque los funcionarios sugirieron que lo hagan en función de su participación en las exportaciones. Participaron la canadiense Barrick Gold, que extrae oro y plata en Veladero (San Juan), la angloaustraliana Xstrata Glencore (cobre en Bajo de la Alumbrera, Catamarca), Yamana (oro en Gualcamayo, San Juan), Goldcorp (oro en Cerro Negro, Santa Cruz), Troy Resources (oro y plata en Casposo, San Juan) y Hoschild (plata y oro en San José, Santa Cruz). También estuvieron en el encuentro la Cámara de Empresas Mineras de Santa Cruz y la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (Caem).

Fuentes del sector indicaron a este diario que están analizando el pedido del Gobierno. El financiamiento a la filial local depende en parte de la voluntad de la casa matriz y también de los accionistas propios de cada proyecto minero. Por la magnitud de las inversiones que requieren, las mineras tienen estrecha vinculación con poderosos bancos.

La cuestión del financiamiento es uno de los puntos que frenó el ingreso de dinero por parte de las cerealeras. Para esas empresas, pero también para todas las demás que evalúan comprar Baade, la opción más ventajosa era endeudarse en el exterior, comprar el Baade y venderlo rápidamente en el mercado secundario a una cotización superior a la oficial. El BCRA eliminó esa posibilidad. Propusieron, en segunda instancia, colocar el bono a un banco público a tipo de cambio oficial, sin la ventaja cambiaria pero con más liquidez, aunque esto tampoco sería validado.

En este contexto, los bancos locales advirtieron días atrás a las empresas que si toman deuda financiera en el exterior, los fondos estarán sujetos al encaje del 30 por ciento. Esa restricción no rigió para el primer tramo del blanqueo, pero luego de la prórroga, según las entidades financieras, no quedó en claro qué sucedía con el encaje. Las cerealeras quieren ahora que el Gobierno les aclare que el crédito que tomen no quede sujeto al encaje y que el Baade que suscriban no involucre un blanqueo de dinero.