Sábado, 26 de octubre de 2013 | Hoy
EL MUNDO › TIBIA RESPUESTA EN LA CUMBRE EUROPEA A LAS PINCHADURAS Y CAPTACION MASIVA DE DATOS
Al cabo de la cumbre celebrada en Bruselas entre los 28 jefes de Estado y de gobierno de la UE no salió más que una escueta “preocupación” y una propuesta francoalemana tendiente a negociar un acuerdo de buena conducta.
Por Eduardo Febbro
Desde París
¡Qué susto! Los europeos por poco se enojan con los Estados Unidos, pero al final se apaciguaron. Los espías de Washington pueden dormir tranquilos. Las gallinas ponen huevos, la Unión Europea un puñado de palabras donde queda retratada su asombrosa, pusilánime y temerosa posición ante los Estados Unidos. Los servicios de inteligencia norteamericanos le interceptaron a Francia más de 70 millones de comunicaciones entre diciembre y enero de 2013, le pincharon el teléfono celular a la canciller alemana Angela Merkel, además de otras incontables e inenarrables intercepciones de todo tipo de que fueron objeto los demás miembros de la Unión Europa.
Sin embargo, al cabo de la cumbre celebrada en Bruselas entre los 28 jefes de Estado y de gobierno de la UE no salió más que una escueta “preocupación” y una propuesta francoalemana tendiente a negociar, en el plazo de un año, un acuerdo de buena conducta y de cooperación entre los servicios de Inteligencia norteamericanos, franceses y alemanes. Los otros países de la UE que lo deseen podrán sumarse a la iniciativa. La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, fueron los más firmes en sus posiciones. Al lado del silencio y la cobardía de los otros miembros del grupo, Hollande y Merkel tenían una aureola de subversivos.
“La confianza se dañó seriamente y hay que reconstruirla”, dijo la canciller alemana cuando empezó la cumbre. París y Berlín habían anunciado una iniciativa conjunta para poner término al espionaje y ésta se plasmó ahora en la propuesta de una negociación. El presidente francés, François Hollande, explicó que se trata de “establecer reglas para el futuro”. Esta línea consensual no lo apartó de dirigirse con dureza a los norteamericanos: “Hay comportamientos y prácticas que no pueden aceptarse”, dijo Hollande.
Contrariamente a otros dirigentes, como David Cameron, primer ministro de Gran Bretaña, Hollande juzgó que las revelaciones aportadas por el ex agente de la NSA, Edward Snowden, eran “útiles”. Merkel, a su vez, subrayó que “enterramos juntos a nuestros soldados en Afganistán. No puede ser que tengamos que preocuparnos de que nuestros aliados nos espíen”.
Más allá del abundante palabrerío, la estrategia consiste en aplacar las tensiones y evitar la confrontación. A quienes pedían una reacción más densa y medidas contra Washington, François Hollande respondió: “No se trata de crear más problemas de los que existen, sino de resolver problemas”.
Al principio de la crisis desatada por el espionaje, el presidente francés estuvo a favor de que se suspendiera el inicio de las negociaciones sobre un acuerdo de libre intercambio entre la UE y los Estados Unidos. Los demás socios no lo respaldaron. La crisis creció de magnitud con las sucesivas revelaciones al mismo tiempo que los europeos se escondían y bajaban el tono.
El enfoque de los 28 eurodirigentes deja las cosas como estaban. La declaración de la cumbre es de una prosa infantil y miedosa donde se resaltan “las grandes preocupaciones” que el espionaje suscita en la población europea. ¡Qué osados, qué valentía verbal! Big Brother debe estar temblando de risa. El problema es, con todo, enorme.
Nadie cuenta con los elementos para oponerse a la súper potencia norteamericana, ni política, ni tecnológicamente. Eric Denécé, director del Centro de Investigaciones sobre la Inteligencia (de los servicios), CF2R, resumió al semanario Le Point la paradoja de esta situación de dominador-dominado: “Nadie tiene los medios de controlar las actividades del espionaje de los Estados Unidos. A partir del momento en que los norteamericanos quieren seguir siendo la primera potencia mundial y contar un avance considerable con respecto a los demás, seguirán haciéndolo”.
La única medida fuerte tomada hasta ahora y la sola propuesta global que existe en el mundo la planteó la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. La mandataria anuló su visita oficial a los Estados Unidos cuando se descubrió que Washington espiaba a Petrobras y sus propias comunicaciones. El jueves, Rousseff propuso la organización de un foro mundial a fin de que se reglamente el uso de Internet y se evite el espionaje. El foro podría celebrarse en Brasil, en abril de 2014.
Tal vez la Unión Europea no acuda por miedo a que su papá Obama se enoje. Los norteamericanos seguro que estarán allí en primera línea. Con tanta gente importante reunida en un mismo momento y lugar, usando Internet y sus celulares al mismo tiempo, hay mucho que espiar para seguir dominando el mundo.
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