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La Selección Argentina de básquetbol afrontará desde hoy su compromiso más importante del año, cuando a partir de las 15.30 se mida con México (televisa ESPN+) en el debut en el torneo Preolímpico de Puerto Rico, que otorga tres plazas para Atenas 2004. En un certamen en el que el Dream Team estadounidense aparece como amplio favorito para quedarse con el título, la lógica indica que el equipo argentino, con Emanuel Ginóbili como principal figura y casi con el mismo plantel del Mundial, deberá pelear su lugar con Brasil y el conjunto local.
En el primer compromiso trascendente luego del subcampeonato mundial de Indianápolis, el conjunto que dirige Rubén Magnano buscará un lugar en los Juegos Olímpicos, una experiencia que sólo dos de los integrantes del plantel ya vivieron: los pivotes Fabricio Oberto y Rubén Wolkowyski son los dos únicos sobrevivientes que participaron en Atlanta ‘96. En cambio, la mayoría del equipo tiene la frustración por el Preolímpico ‘99, cuando a pesar de jugar un gran torneo el cruce en semifinales con el Dream Team los dejó afuera de la posibilidad de viajar a Sydney.
Ahora la historia es diferente. Con esa experiencia encima, sumada a la capacidad demostrada en el Mundial pasado, más la jerarquía individual de sus integrantes, Argentina parte entre los candidatos naturales a quedarse con uno de los tres lugares para Atenas. Con once de los doce jugadores que estuvieron en Indianápolis –sólo falta Hugo Sconochini, reemplazado por Federico Kammerichs–, Magnano cuenta con la ventaja de un grupo que se conoce y que entiende a la perfección sus pretensiones.
Si bien la evolución que exhibieron los jugadores en el último año indicaría que Argentina debiera estar en un nivel superior incluso al que mostró el año pasado, la deficiente preparación llevada a cabo conspira contra sus chances. La necesidad de la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB) de recaudar dinero motivó que se priorizaran partidos amistosos ante rivales sin demasiada jerarquía sobre un entrenamiento más lógico, con una concentración fija. Así, la selección paseó por Córdoba, Rosario, Mar del Plata, Buenos Aires, Río Gallegos y Bahía Blanca antes de viajar hacia México, donde jugó otros tres amistosos ante el equipo local en Chihuahua, Chiapas y el Distrito Federal, para luego volar a Puerto Rica, donde el lunes cerró su gira previa con una derrota 84-81 ante el conjunto local.
Semejante sucesión de viajes y partidos despertó la queja de los jugadores, que demostraron su bronca. Tanto Ginóbili como Juan Ignacio Sánchez aseguraron que la preparación fue pésima y dejaron en claro que, si esta situación se repite en el futuro, es probable que dejen el equipo. Sin embargo, más allá de los dichos de sus dirigidos, Magnano se mostró conforme con el nivel con el que llegará el grupo al partido de hoy. Tres triunfos ante España B, dos palizas a Panamá, dos victorias y una derrota ante México, y la caída del lunes ante Puerto Rico fue el saldo de los amistosos preparatorios.
Así se presenta el torneo más importante del año, con rivales de gran jerarquía: Estados Unidos llevó, esta vez, un verdadero equipo de estrellas; Puerto Rico está potenciado por su condición de local; Brasil llega agrandado por sus recientes títulos en el Sudamericano y el Panamericano, además de que sumó a Nené y Leandrinho, sus dos NBA; y Canadá es un adversario de cuidado a partir de la clase de Steve Nash.