EL MUNDO › LA LOGICA DETRAS DEL ATAQUE A NACIONES UNIDAS
Todo extranjero es un blanco
Por Mercedes López San Miguel
El ataque de ayer contra la sede de la ONU en Irak es paradojal si se piensa que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se empecinó en desaprobar la campaña de las fuerzas angloamericanas en Irak. El mensaje de ayer del lado de la “resistencia” en Irak fue claro: que los extranjeros deben permanecer fuera del país. El ataque escenificó así una táctica clásica de la guerrilla. La presencia de la misión de la ONU, de 350 trabajadores en Bagdad –de 646 empleados en ese país del Golfo–, es totalmente civil, comprendida entre personal administrativo, de corte humanitario: agencias como Unicef, PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo), y por eso representa un blanco fácil de ataque. Y también, porque la misión puede verse como una seudolegitimación de la presencia de Estados Unidos.
El jueves pasado (14 de agosto), el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la resolución 1500 que crea la misión civil con un máximo de 350 personas trabajando en la capital iraquí. Lo importante fue que la seguridad de la misión quedaba a cargo de las fuerzas ocupantes. O sea, que las 17 víctimas de ayer y las decenas de heridos son total responsabilidad de los okupas de Irak. ¿Podría Naciones Unidas enviar sus propios soldados? La respuesta es: No. Sencillamente porque la ONU se opuso a la intervención en Irak y Estados Unidos y Gran Bretaña desoyeron sus advertencias y se lanzaron a la conquista. Volvamos a febrero-marzo de este año. De los cinco miembros permanentes de la ONU con poder de veto: Francia, Rusia, China, Estados Unidos y Gran Bretaña, los tres primeros se embarcaron en una batalla diplomática con los segundos para frenar la resolución que incluyera la posibilidad de intervenir en Irak frente a un fallido desarme. Eso, a pesar de la abundante teatralidad de George W. Bush puesta en enfatizar la amenaza de las armas de destrucción masiva en poder de Saddam.
Es improbable que el Consejo de Seguridad con todos sus miembros –permanentes y no permanentes– apruebe enviar sus fuerzas militares para que estén bajo mando angloamericano en Irak y mucho menos probable que éste acepte una segunda fuerza de ocupación en ese país, lo que contradiría el principio de la conquista unilateral. La ONU no se pondrá bajo las órdenes de la administración civil de Estados Unidos en Irak porque no habrá consenso entre sus 17 miembros. Basta recordar la polémica desatada por el calificativo del jefe del Pentágono, el halcón Donald Rumsfeld, de “vieja” Europa (Francia, Rusia, Alemania) y “nueva Europa” (Italia, España: los secuaces de Washington y Londres).
Los principales voceros de la ONU negaron que la misión asistencialista en ese país fuese a terminar con el ataque de ayer. Pero es evidente que habrá algún tipo de reacción frente a lo sucedido. La presencia de la ONU en Irak para asistencia humanitaria se registra desde 1991, con la primera Guerra del Golfo. Naciones Unidas se encargó del programa Petróleo por Alimentos, mientras duraba el embargo a Irak. La resolución 1483 el Consejo levantó las sanciones económicas sobre Irak, coincidiendo con la entrada del invasor.
Estados Unidos ve al grupo Ansar al-Islam como el principal sospechoso del ataque. Paul Bremer, jefe de la administración civil estadounidense, ya había advertido que “los combatientes de Ansar al-Islam –organización que se vincula a la red Al-Qaida– habían escapado a Irán y regresado a la zona frontera de Irak”. Según el “virrey”, el grupo Ansar al-Islam estuvo detrás del ataque reciente a la Embajada de Jordania en Irak. Pero también puede ser la resistencia saddamista.