Independiente dejó pasar el tren y parece que deberá olvidarse de pelear por el título. En un partido en el que arrancó muy bien y en el que terminó totalmente maniatado, el conjunto de Jorge Almirón cayó 1-0 ante Gimnasia y ahora sigue a cinco puntos del líder River, pero con un partido más. Para Gimnasia, que hacía cuatro partidos que no convertía, el triunfo significó un enorme desahogo.

Para Independiente era un partido crucial. De local, tras la agónica victoria de Lanús y antes de que River visite a Vélez, el conjunto de Avellaneda tenía una enorme chance para mantenerse a la expectativa y ponerle un poco de presión al líder. Y así pareció entenderlo en el arranque, cuando pareció hacerse dueño del desarrollo. En ese pasaje, Montenegro se mostraba lúcido y manejaba el equipo, ante un Gimnasia que asumía la superioridad rival y se dejaba dominar. Su actitud era de espera, a ver si surgía la chance de algún contragolpe.

De esa forma, Independiente se acercó al tanto, sobre todo con un pivoteo de Riaño para Montenegro, pero el volante remató desviado. Un rato más tarde, una volea de Zárate tras un centro de Villalba rebotó en el travesaño, cuando Monetti ya no llegaba. Pero en esas chances parecieron morirse las posibilidades de Independiente. De a poco, Gimnasia comenzó a reaccionar y a dejar de ser un simple sparring. Con más decisión, el conjunto de Pedro Troglio emparejó primero el desarrollo y, a medida que transcurrían los minutos, comenzó a dominarlo.

El partido ya no era cómodo para Independiente, que no lastimaba adelante y empezaba a dejar espacios en el fondo. Los volantes de Gimnasia ya encontraban más la pelota y comenzaron a inquietar a Diego Rodríguez, que en la primera parte había sido un espectador. Por eso, no sorprendió que llegara el gol visitante, con una jugada espectacular, por la pared que tiró Alvaro Fernández en el área y por la enorme definición a colocar de Lucas Licht, lejos del arquero rival.

Con el impacto del gol, Almirón buscó hacer reaccionar a su equipo con los ingresos de Pisano y Penco. Sin embargo, no hizo más que terminar de desordenar a un conjunto que ya mostraba muchas grietas en la última línea. Por eso, Gimnasia, con espacios, se acercó cada vez más al segundo gol, algo que no logró por la enorme actuación de Rodríguez. Claro que para el Rojo ni siquiera fue un premio consuelo la tarea de su arquero, ya que la derrota tuvo sabor a despedida de la pelea. En cambio, Gimnasia supo esperar su momento y terminó festejando con justicia.