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Parecía de Lanús, pero era de Racing. Parecía de Racing, pero fue empate. Con cuatro goles en el segundo tiempo, dos de ellos en los últimos cinco minutos, el resultado cambió de un bando a otro, para desgracia de los hinchas de la Academia, que sucesivamente saborearon el disgusto, la alegría y la decepción.
Después de un primer tiempo con varias situaciones de gol, en el que Lanús había parecido más preciso antes de toparse con Cuenca, y en el que Casas desperdició las buenas chances que tuvo, el visitante se puso en ventaja apenas iniciado el complemento, cuando un centro de Mannara desde la derecha fue cabeceado por Carrario. La pelota se desvió en Galliquio y descolocó a Cuenca.
Racing perdió la calma y el ingresado López se la devolvió. Cinco minutos después de su ingreso encaró por el medio y sacó un fortísimo remate que dio en el pecho de Flores. El chico le “robó” el rebote a Milito, se abrió hacia la derecha y la cruzó al gol ante el achique del arquero y el entusiasta festejo de sus hinchas.
Tras el empate, el equipo de Cappa se agrandó y le tocó a Milito, que encaró solo por la derecha, dar vuelta el partido. Los hinchas de Racing celebraban la victoria, pero en el último minuto, un tiro libre desde la izquierda fue conectado por Mannara, sin marca, y Cuenca no pudo tapar la igualdad definitiva. Lanús sigue sin ganar en el torneo, pero el empate le dolió más a Angel Cappa y a sus jugadores.