DEPORTES › A PROPOSITO DE RECIENTES DECISIONES DE LA UEFA Y DE LA FIFA

La doble moral de un poder inmoral

Amenazan sancionar a Pep Guardiola por pedir justicia para un periodista deportivo argentino muerto, y al fútbol griego, donde gobierna la izquierda, por luchar contra la violencia en este deporte.

 Por Gustavo Veiga

El fútbol suele amplificar las miserias del poder. Del suyo y también del ajeno. Pep Guardiola se puso una remera con el mensaje #Justicia para Topo y la UEFA le cayó encima. Al entrenador del Bayern Munich podrían sancionarlo el 21 de mayo por hacer visible un derecho humano: que la muerte violenta del periodista deportivo argentino Jorge López durante el Mundial de Brasil no quede impune. La amenaza de castigo por utilizar “un acto deportivo para manifestaciones de naturaleza no deportiva” –según las normas de la Champions League– no lo intimidó. El técnico reincidirá en su reclamo en la próxima conferencia de prensa, como ya lo hizo en la previa del partido entre su equipo y el Porto. Así lo adelantó el columnista español Santi Jiménez. La UEFA, lejos de aleccionar a Guardiola, generó el efecto contrario. Sus papelones recientes incluyen el ultimátum que junto a la FIFA le dio a Grecia para que no sancione una ley contra la violencia en el fútbol. Decisión que ambas no tomaron cuando España en 2007 e Italia en 2014 aprobaron normas semejantes.

Sin proponérselo, la Unión que controla el mercado futbolístico más rico del mundo contribuyó a que se instale con más fuerza el recuerdo de López. El periodista Jiménez escribió en el diario deportivo As que el técnico del Bayern volverá a vestirse con la camiseta negra que dice: #Justicia para Topo. “Lo que ya pueden hacer los señores de la UEFA es ir guardando espacio en el Expediente Guardiola, porque antes de que se reúnan el 21 de mayo, se habrán jugado las semifinales de la competición el 5-6 y el 12-13 del mes que viene, y ya pueden dar por seguro que el señor entrenador del Bayern volverá a comparecer ante la prensa con la camiseta puesta.”

Verónica Brunati, la esposa de López y madre de sus dos pequeños hijos, también es periodista. Ratifica lo que anunció Jiménez y de que el técnico del equipo alemán es capaz de desafiar a la UEFA una vez más. Conoce a Pere Guardiola, el hermano de Pep, un influyente representante de futbolistas. Lo sabe por él.

Ahora espera una condena en la causa penal contra los ladrones que causaron la muerte de su marido. Pero además acusa a la Policía de San Pablo. Dice que hubo una persecución letal contra el auto de los criminales a 180 kilómetros por hora. El mismo que después chocó al taxi donde viajaba el Topo López en las calles de Guarulhos. Una zona de hoteles y mucho movimiento de turistas durante el último Mundial. Por eso está por iniciar una acción civil contra el estado de San Pablo.

“Fueron cinco horas de terror. Los persiguieron hasta adentro del hotel Ibis. Debían cuidar a la gente y no lo hicieron. Pusieron las armas de los delincuentes en la mochila de mi marido y falsearon el certificado de defunción. Con los abogados brasileños que siguen la causa judicial, pedimos que se haga cargo el estado. Había leyes y un protocolo de seguridad por el Mundial que debían cumplirse y eso no sucedió”, recuerda con dolor e indignación.

Dice que “los juicios son caros. Por eso me está dando una mano Jorge Brito, el vicepresidente 1º de River. No te imaginás lo que es luchar con dos hijos que te preguntan ¿por qué mataron a papá?, es durísimo”. Brunati también inició una demanda contra radio La Red “por el seguro de ART. La indemnización por dos años y medio también cayó en la sucesión, no se puede tocar. Es un problema al lado de otro”. López trabajaba en la radio, Olé y en Sport de España. Era un colega querido en el medio.

Verónica acertó cuando el día de la final Alemania-Argentina escribió en el diario Marca, donde trabaja: “Hoy el futuro es una página en blanco”. La única certeza que tiene es que los ladrones –dos mayores y un menor– serían condenados este año. Los primeros, de 23 y 21 años, podrían recibir penas de hasta 20 años de cárcel. Antes de chocar al taxi donde viajaba López el 9 de julio del año pasado, habían asesinado a otra persona durante un robo. Por eso huían de la policía. Están imputados por “robo, quadrilha (pandilla) y homicidio”. El juicio tramita en el fuero criminal. Otra punta del ovillo en este caso es el papel que cumplió la FIFA, como ahora la UEFA con Guardiola. La inmoralidad es la misma. Brunati recuerda: “El Topo estaba acreditado por la FIFA y llevaba todas las credenciales encima. Sólo vi un tuit de Blatter. Nunca se pusieron en contacto conmigo. No tuvimos asistencia ni yo ni Tití (Miguel) Fernández, por la muerte de su hija Soledad que también pasó durante el Mundial.” La periodista se enteró del hecho nueve horas después porque Diego Simeone publicó la noticia en Twitter.

La semana pasada, cuando se conoció que la UEFA trasladará el expediente contra Guardiola a su Comité de Control, Etica y Disciplina, también se supo que se apresta a sancionar al fútbol griego. Acompañada por la FIFA en la decisión, no toleró que el gobierno de Syriza mandara al Parlamento un proyecto de ley para endurecer las penas por hechos de violencia en el fútbol. Su ultimátum a la federación, fue rechazado por el viceministro griego de Deportes, Stavros Kontonis: “No vamos a cambiar la filosofía de la ley sobre el deporte. La supervisión de la FIFA y de la UEFA sobre el fútbol griego ha fallado”, declaró en la cadena de televisión nacional Mega.

Las dos organizaciones le habían notificado a la federación griega la amenaza de aplicar “sanciones inmediatas”, por la iniciativa legislativa del gobierno que prevé multas de 10 mil a 25 millones de euros a los responsables de incidentes violentos, la postergación o suspensión de partidos y la prohibición de que los clubes participen en los torneos europeos si sus hinchas causan problemas. Una decisión soberana de Syriza que pretende poner freno a hechos que bien pueden compararse con los que nos entrega muy a menudo el fútbol argentino. Para más datos puede recurrirse a: http://www.pagina12.com.ar/diario/deportes/826568420150208.html.

La Liga de Grecia fue suspendida tres veces esta temporada y muchos partidos se juegan sin público. A principios del mes pasado, los hinchas del AEK Atenas invadieron la cancha para perseguir a los jugadores del Olympiakos. Fue el acabose para el gobierno. El 27 de marzo presentó el proyecto de ley en el Congreso. La UEFA y la FIFA respondieron que suspenderán a la federación. Otros tres países atraviesan problemas similares: Indonesia, Pakistán y Zimbabwe. Ninguno tiene peso futbolístico en el mundo. Los que sí tienen, como Italia y España, no fueron sancionados por votar leyes antiviolencia.

Tampoco le preocupa a la FIFA el caso de Chile, que estrenará un endurecimiento de penas por disposición de su Congreso durante la próxima Copa América. Bajo el nombre de Ley de derechos y deberes para el fútbol profesional, se aplicarán sanciones económicas de hasta 70 mil dólares a los clubes que no respeten la norma y se les dará mayores facultades a los gobiernos regionales para suspender partidos. Como se ve, nada muy diferente de la injerencia gubernamental que se le cuestiona a Grecia, donde la situación es más grave. La política de doble rasero que aplican los poderes del fútbol va de la mano de sus intereses.

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