Viernes, 4 de diciembre de 2015 | Hoy
DEPORTES › LA ELECCION DE PRESIDENTE DE LA AFA TERMINO SIENDO UN PAPELON INCREIBLE
Un error, una avidada o una desprolijidad inexplicable en algo que debía ser más que simple obligaron a la suspensión del acto eleccionario. Pese a que votaron 75 dirigentes, el recuento de los sufragios arrojó una igualdad entre Segura y Tinelli de 38 votos.
Por Adrián De Benedictis
La credibilidad y la transparencia continúan estando lejos del fútbol argentino, mientras las sospechas envuelven aún más a una Asociación que no logra recomponerse. A pesar de la desaparición de Julio Grondona el año pasado, el sistema no encuentra el funcionamiento que le permita salir del estancamiento. Con todo eso, lo que podía haber sido un hito histórico en la entidad terminó arrojando vergüenza, impotencia y hartazgo. Las elecciones que se celebraban ayer para conocer al nuevo presidente, quedaron suspendidas cuando el recuento de votos ofreció un número mayor al que estaban habilitados. El empate en 38 –sufragaron 75– significó una derrota por goleada para toda la actividad.
Los dos candidatos para asumir, Luis Segura (actual responsable) y Marcelo Tinelli, transmitieron su consternación (ver aparte) por lo que ocurrió ayer en el predio de Ezeiza. Ambos abrirán un diálogo desde hoy mismo para determinar el futuro, y no se descarta que puedan buscar el consenso para comenzar una nueva etapa.
El clima que se vivió en la cancha de Futsal especialmente acondicionada fue de ansiedad desde el principio de la tarde. Y la que volvió a aparecer fue la urna que estuvo guardada desde 1991, cuando se celebró la última elección, en la que Grondona superó 40-1 a Teodoro Nitti. Pero el desconcierto llegó en el momento de anunciar al ganador: la Comisión Fiscalizadora contó 38 votos para cada uno, y ahí se dio cuenta de la inclusión indebida, a partir de que estaban habilitados 75 asambleístas. La sorpresa obligó a ir a un cuarto intermedio, en el que se vio a muchos dirigentes deliberando, y en algunos casos con el tono de voz elevado. El presidente de Boca, Daniel Angelici, propuso elegir al presidente a mano alzada, pero fue desechado ya que no figura en el estatuto. El vicepresidente de River, Jorge Brito, planteó directamente que el acto eleccionario se traslade a otra fecha.
La Inspección General de Justicia pidió, luego de otro paréntesis, tomar lista de los votantes y se comprobó que se habían retirado dos: Angel Lozano (Excursionistas) y Julio Koropesky (Crucero del Norte). Como una vez que está constituida la Asamblea no puede haber reemplazantes, no era posible realizar en ese mismo momento una nueva elección.
El punto fue que en el recuento de los votos se pasó por alto uno que habría estado casi pegado a otro, y eso terminó arrojando el empate en 38. Pero según comentaron algunos directivos, fueron más de un sobre donde se encontraron más de un voto, con la salvedad de que los fiscalizadores alcanzaron a corregir el error. El mecanismo consistió en sacar las tarjetas con los nombres, acumularlas por separado, y recién después hacer el conteo. En ese instante apareció un voto de más, y al no saber a quién pertenecía, la elección quedó anulada.
El cónclave comenzó con dos asambleístas ausentes, pero ya tenían sus reemplazos. Muñiz ocupó el lugar de Central Ballester –su presidente fue víctima de amenazas en su propiedad–, y la Liga de Cafayate hizo lo mismo por la Liga de Güemes. Los que votaron fueron 30 de Primera División, 12 de la B Nacional, diez de Primera B, seis de la C, cinco de la D, dos del Federal A, y diez de las Ligas del Interior.
El acto terminó careciendo de validez, y el fútbol volvió a quedar en el medio de otra escena lamentable. A lo lejos, la pelota mira incrédula semejante desplante.
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