Gimnasia y Estudiantes no consiguieron lucirse anoche en el estadio de Bosque, donde empataron un partido friccionado y con pocas emociones. La igualdad fue justa, porque ninguno de los dos equipos hizo méritos suficientes como para llevarse la victoria.

Estudiantes, escolta de Lanús, puntero de la Zona 1, salió a jugar el clásico platense con la obligación de no perderle pisada al conjunto granate, que con su victoria sobre Banfield estiraba a seis puntos su ventaja. Y quizás por eso sintió la presión y sufrió frente a Gimnasia que, en un primer tiempo flojo en todo sentido, muy cortado y friccionado, y en el que abundaron las imprecisiones, se fue al vestuario con la sensación de haber jugado un poco más suelto. De todas maneras, tras un remate de Rinaudo que se desvió en Schunke y terminó atajando Andújar, al Lobo le costó generar situaciones de gol como para plasmar en el marcador su mínima diferencia.

No cambió mucho el partido en la segunda parte. Gimnasia parecía estar un poco más suelto y conseguía ganar las divididas, pero no conseguía espacios como para acercarse al arco rival. El partido seguía trabado en la zona de volantes donde la fricción no cedía espacio al juego y la pierna fuerte era la única constante.

Estudiantes encontró un poco de alivio a los 60 minutos, cuando Gimnasia aflojó su intensidad. Comenzó a hacer circular la pelota y recién entonces logró su chance más clara de gol, tras un centro por la derecha que Viatri no llegó a conectar sobre el área chica. Hasta esa situación, la pelota había estado lejos del arco de Bologna.

Ambos conjuntos quisieron aprovechar los últimos minutos para quedarse con la victoria. En la búsqueda incesante fueron apareciendo los espacios para los contraataques y la pelota comenzó a ir de una lado al otro, con gran intensidad pero sin precisión como para que alguno de los dos rompiera la paridad.