Domingo, 19 de junio de 2016 | Hoy
DEPORTES › LOS MULTIMILLONARIOS QUE SE FUERON QUEDANDO CON LOS CLUBES
El proyecto del gobierno nacional y los clubes grandes no es lo que parece. Copiado del fútbol español, allá permitió fraudes, aventuras con patrimonios ajenos y su transferencia a manos extranjeras. ¿Qué pasaría si se repitiera en Argentina?
Por Gustavo Veiga
La Súper Liga puede ser un Caballo de Troya si el fútbol argentino modifica su estructura jurídica, les abre las puertas a las sociedades anónimas deportivas y baja la guardia. Los dirigentes deberían leer a Thomas Piketty. El autor del bestseller El Capital en el Siglo XXI que habla del 1 por ciento más rico del mundo. Ese grupo de multimillonarios que hoy posee la misma riqueza que el 99 por ciento de la población del planeta según Oxfam, una reconocida organización humanitaria. Varios de ellos ya compraron clubes distribuidos por una amplia geografía. Sus rastros se pierden en paraísos fiscales. Algunos son estafadores seriales. Hay de todo. Pero el modelo que se pretende imitar acá y que viene de España no es un buen ejemplo, como ya se verá.
Carlos Slim, el mexicano que tiene la segunda fortuna mundial, es dueño de tres equipos en su país: Pachuca, León y Estudiantes Tecos. La realeza de los pequeños emiratos del golfo invirtió hace tiempo en grandes de Europa como el Manchester City y el París Saint Germain. Los magnates rusos son los adelantados en este negocio. Roman Abramovich compró al Chelsea en 2003 y otros como él le siguieron sus pasos. Empresarios de Estados Unidos también llegaron a Inglaterra para quedarse, como John Henry en el Liverpool. La lista es larga e incluye –como no podía ser de otra manera– a capitales chinos, de presencia más reciente. El club Espanyol de Barcelona pasó a manos del grupo Rastar a fines de 2015. Su dueño se llama Chen Yansheng y se quedó con el 80 por ciento de las acciones.
¿Qué pasaría si vinieran por Boca, River, Racing o Independiente? O como sucedió con Talleres de Córdoba, adquirido por el Grupo Pachuca mexicano, el socio de Slim que luego desembarcó en Chile para apoderarse del Everton de Viña del Mar. Y que también acaba de poner un pie en Colombia para sumar a su escudería de clubes al Once Caldas de Manizales. ¿Qué ocurriría si dos equipos de un mismo dueño juegan el mismo torneo en la Argentina?
Parece inverosímil por nuestra idiosincrasia. Pero es una posibilidad que se abre por el fútbol que proyectan los cráneos que avanzan sobre la AFA con la venia del gobierno nacional. Les llegó la oportunidad. Nunca habían estado tan cerca. Ni siquiera durante el menemismo, cuando se intentó desde el Ministerio de Justicia que controlaba el riojano Raúl Granillo Ocampo. Hasta el presidente Mauricio Macri había mocionado las sociedades anónimas para el fútbol en 1999 y su iniciativa perdió por paliza. Ahora insiste otra vez.
Ricardo Nissen, ex inspector de Justicia entre 2003 y 2005, sabe de qué habla cuando habla de sociedades anónimas deportivas. No las descarta como herramienta jurídica, pero desconfía de su instrumentación en el contexto actual: “La tendencia es clara. Va hacia que los empresarios no tengan controles. Las sociedades anónimas en el fútbol no serían malas si protegen a terceros. Pero si como parece, tenemos una IGJ que no favorece los controles, sería todo un desastre o como volver a los años 90”.
Durante el paso de Nissen por la Inspección, se establecieron rígidos mecanismos de supervisión sobre las sociedades extranjeras. Es un crítico de las offshore. Le cuenta a este cronista que “son para delinquir, para violar las leyes”. Dedicado ahora a la actividad privada, fue contratado por el presidente de Independiente Hugo Moyano para redactar el amparo ante la Justicia contra la resolución de la IGJ que suspendió las elecciones en la AFA del 30 de junio. El fallo de la jueza civil Marcela Eiff se conocería pasado mañana. Si el recurso prospera, los comicios deberán realizarse en la fecha prevista.
“No podría decirle qué va a pasar, pero sí que el fiscal nos dio la razón en su dictamen. Están muy preocupados en el gobierno por la posibilidad de que se conceda la medida cautelar”, cuenta Nissen. Su cliente, el dirigente camionero, sabe que la capacidad de lobby del presidente de Boca Daniel Angelici es muy grande. Se conocen muy bien. Fueron aliados contra la candidatura de Marcelo Tinelli cuando enfrentó a Luis Segura y ahora lideran sectores opuestos. El abogado de Moyano en este conflicto dice también que “la Liga debería estar dentro de la AFA y no afuera, como una sociedad civil nueva. Si pasara eso, los clubes chicos estarían en problemas”.
La constitución de la Súper Liga fue encargada a un estudio jurídico que se especializa en derecho deportivo y ya trabajó para clubes como Boca y Banfield. A los dirigentes se les entregó una copia de la propuesta que también está analizando la asesoría letrada de la AFA. Un abogado de la asociación consultado por Página/12 hizo cuestionamientos al proyecto: “No sé cómo va a solucionar la IGJ el tema de la doble representación de los clubes, con la AFA por un lado y la Súper Liga por otro. También debería aprobarse una nueva ley para las sociedades anónimas deportivas. Está además el tema del dinero, que debe entrar por la AFA. En el fútbol hay una sola contabilidad, no dos”.
El borrador del estatuto que impulsan los clubes grandes para que se apruebe su plan ambicioso tiene 63 páginas que son casi una imitación de las 66 que contienen los llamados estatutos sociales de la Liga Nacional de Fútbol Profesional española, aprobados el 17 de mayo de 2012 en Madrid. Muchos de los 121 artículos de ese modelo se transcribieron calcados y otros se modificaron para adecuarlos a la realidad local. Quienes se presentan como gestores de un nuevo orden para el fútbol argentino, cuestionan lo que llaman “estructuras arcaicas de la AFA” y que “no están a tono con las nuevas tendencias mundiales”. En otras palabras, abogan por Ligas a imagen y semejanza de las europeas, como la española. Su presidente, el ultraderechista Javier Tebas, vino a explicar su funcionamiento a Buenos Aires en mayo pasado. Ex socio de Marcelo Tinelli en el Badajoz español, representa más de lo mismo.
En los 90 fue el grupo Inmark con Romeo Cotorruelo Menta al frente (hoy está en Santa Mónica, que posee varios derechos de la AFA) y luego Angel Villar, el presidente de la Real Federación Española, un viejo amigo del fallecido Julio Grondona.
Bajo el trillado argumento de pésimas administraciones –a las que el Estado les perdonó siempre la vida– y las economías inviables de los clubes –en tanto asociaciones civiles– proponen el remedio adecuado para todos los males del fútbol argentino. No cuentan, o acaso no les conviene contar demasiado, que en España dominan los campeonatos y el mercado dos sociedades que no son anónimas: Real Madrid y Barcelona. Y hay dos más: el Athletic Bilbao y Osasuna. Los cuatro clubes quedaron en manos de sus socios y no fueron obligados a transformarse en sociedades anónimas porque sus balances eran superavitarios cuando se creó la ley de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). También permanecieron como están por la oposición de sus mismos asociados.
Bajo la figura de las SAD se mantienen varios clubes que hoy les pertenecen a empresarios extranjeros. Es el caso del chino Chen Yansheng en el Espanyol; su compatriota Wang Jianlin, presidente del grupo Wanda y dueño del 20 por ciento de las acciones del Atlético de Madrid; el también chino grupo Desports que acaba de adquirir el Granada al industrial italiano Giampaolo Pozzo investigado por presunto fraude fiscal; el cuestionado jeque qatarí Al Thani en el Málaga –los medios dicen que su club es “un desastre”– y el Valencia del empresario de Singapur, Peter Lim.
En estas instituciones obligadas a transformarse en sociedades anónimas en 1990 hay notorios fracasos por malas gestiones o delitos fiscales. Un ejemplo bien gráfico es el del empresario indio Ali Syed, quien compró el Racing de Santander para vendérselo a la familia real de Bahréin aunque nunca saldó la primera operación. No calculó que en este país habría una revuelta contra la monarquía y que desistirían de adquirirlo. Huyó y no lo pescaron hasta que reapareció tres años después.
Cuando se filtraron millones de documentos en los Panama Papers le descubrieron dos offshore. Las mismas que utilizaba cuando manejaba el club cántabro y acumulaba estafas en distintos países. Como él hay unos cuantos. En España están dejando su huella en las sociedades anónimas deportivas. En la Argentina los conocimos bajo la figura del gerenciamiento.
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