Con una actuación destacada de Gonzalo Higuaín, que gritó dos goles propios, un tanto de Messi –que con 54 alcanzó a Batistuta como máximo goleador histórico– y otro de Lamela, la Selección derrotó por 4-1 a Venezuela y se metió en las semifinales de la Copa América Centenario, donde el próximo martes se medirá con Estados Unidos, en Houston, por una lugar en la final. La otra semifinal la jugarán el miércoles Colombia y el ganador del partido que jugaban anoche en Santa Clara, al cierre de esta edición, Chile y México.

Apenas dos minutos se tomó la Argentina para mostrarle a Venezuela que la tarde en Boston se le iba a complicar cuando Lionel Messi tomara la pelota y se acercara al arco de Hernández. La primera vez fue al minuto, tras una buena habilitación de Banega; la segunda, fue toda del capitán argentino, que intentó sorprender con un remate a colocar.

Así de rápido llegó el gol, a los 7, tras un buen avance de Funes Moris y un cambio de frente preciso, que Messi tomó sobre la franja derecha para sacar un pase perfecto al corazón del área donde Pipita Higuaín –que no había mojado en las tres primeras fechas– conectó de primera con un derechazo cruzado y dejó sin respuesta al arquero Hernández.

Argentina seguió presionando y recuperando la pelota con facilidad y continuó asediando el arco rival; Higuaín se perdió el segundo cuando Angel se interpuso entre su remate y el arco; apenas unos minutos antes Figuera le había puesto el pie a Messi dentro del área para derribarlo, pero el árbitro mexicano Roberto García hizo la vista gorda.

Tan bien estaba la Selección parada en la cancha y metida en el partido, que a los 28 llegó el segundo después de que Higuaín robara una pelota tras un mal pase de Figuera y, tras superar al arquero, definiera con un toque sutil con todo el arco a su disposición.

La Selección hacía circular la pelota por toda la cancha, la jugaba segura y lo hacía por momentos con tanta soltura que parecía relajarse. Venezuela, dolida en su amor propio, aprovechó el único bache que tuvo el equipo del Tata y se le fue encima a Romero, que a los 34 le tapó un tiro a Rondón. Apenas cinco minutos más tarde, Rondón metió un buen cabezazo en una jugada de tiro de esquina, y esta vez fue el palo el que le impidió festejar. Y enseguida, Romero le ahogó el grito a Feltscher, que probó suerte desde afuera del área. La seguidilla terminó con un penal a favor, cuando a los 42 Romero tuvo que bajar a Martínez dentro del área, y esta vez García sí cobró. Seijas ejecutó picando la pelota al medio, tan malo fue el disparo que Chiquito no hizo más que quedarse parado y embolsar la pelota.

En la segunda parte, Messi siguió aguantando el roce de los venezolanos, que amparados en la generosidad del árbitro mexicanop atendían al crack escalonadamente. Pero nada parecía molestar demasiado a Lio, que estaba inspirado. El capitán del equipo nacional seguía jugando al fútbol, asociándose bien con Banega y Gaitán –que recibió una segunda amarilla y se perderá las semifinales–, y rompiendo caderas venezolanas. Así Higuaín casi anota su triplete, a los 54, con un cabezazo apenas desviado, y así Messi, tras una pared con Gaitán, definió entre las piernas de Hernández para el 3-0, su gol número 54 con la camiseta de la Selección, y que le permitió alcanzar nada más y nada menos como goleador histórico a Batistuta.

Venezuela descontó a los 70m con un cabezazo de Rondón. No sirvió de mucho, porque a los 71, el ingresado Lamela anotó el 4-1 final.