DEPORTES › EL DíA QUE ECHARON A ANTONIO RATTíN EN EL MUNDIAL DE 1966

La expulsión de la historia

Se cumplen hoy 50 años de aquella acción que quedó marcada en el fútbol argentino. El jugador de Boca se retiró del estadio de Wembley insultando a los ingleses, y a la pasada estrujó el banderín del corner con la insignia británica.

Hace 50 años, el capitán del seleccionado argentino Antonio Ubaldo Rattín era expulsado en un partido de cuartos de final ante Inglaterra, país anfitrión del Mundial de 1966. El ex referente xeneize protagonizó un cruce verbal con el árbitro alemán y éste no dudó en echarlo por protestar. Ese día, los británicos –que luego conseguirían su primer y único campeonato mundial– se impusieron 1-0 y dejaron fuera del certamen a la Selección, que había iniciado una promisoria primera fase con dos triunfos y un empate.

El 23 de julio de 1966, la Selección que dirigía Juan Carlos “Toto” Lorenzo disputaba en el viejo estadio de Wembley un partido caldeado frente a Inglaterra, por cuartos de final. Por entonces no existían las tarjetas rojas y amarillas –FIFA las implementó recién en el Mundial de 1970– y el referí anotaba las incidencias del juego en una libreta.

A los 33 minutos, una entrada de Roberto Perfumo motivó el reclamo de Rattín y el juez alemán Rudolf Kreitlen lo advirtió; pero el capitán volvió a cuestionarlo y Kreitlen –por protesta reiterada– le mostró la salida al símbolo de Boca, que consideraba que el arbitraje estaba siendo parcial.

Los medios argentinos hablaron de “despojo” y se calificó al equipo como “campeón moral”, luego de que los hinchas pudiesen ver las escenas de esa eliminación en el Mundial, un par de días después de ocurrida, ya que por entonces no había transmisión por satélite y las circunstancias del juego se siguieron de manera diferida por Canal 2.

“Me echó por pedir un intérprete y por mostrarle mi cinta de capitán. Yo no hablaba una sola palabra de alemán”, recordó el “Rata”, quien se resistió a salir del campo y, tras diez minutos de demora, fue escoltado por la policía y acompañado por Ken Aston, cabeza del Comité Arbitral. Rattín se fue lentamente a los vestuarios y en el trayecto insultó a los hinchas ingleses. Pero eso no fue todo: al pasar por un vértice de la cancha estrujó el banderín del corner (una bandera británica), el público enloqueció y le arrojó latas de cerveza. Rattín –que luego fue suspendido por dos partidos internacionales– rememoró que llegó a sentarse en la alfombra roja que conducía al palco de la reina Isabel, pero “ese día ella no estaba, ya que sólo fue a la cancha en el debut de Inglaterra y en la final”.

En el segundo tiempo de aquel duelo, los ingleses abrumaron con sus centros a la defensa argentina hasta que Geoff Hurst pudo vencer a Antonio Roma con un cabezazo. Terminado el encuentro, varios jugadores argentinos se abalanzaron con sus protestas sobre el árbitro, que tuvo que retirarse con una fuerte custodia policial.

En su debut por el Grupo B, Argentina ganó 2-1 a España, luego igualó 0-0 con Alemania, y finalmente venció 2-0 a Suiza. La diferencia de gol hizo que el equipo argentino clasificara segundo a la siguiente ronda para jugar ante Inglaterra, el país anfitrión que tuvo como curioso condimento previo el robo en Londres de la Copa Jules Rimet, una figura de oro macizo que luego fue encontrada abandonada en un jardín, por un perro que había salido a pasear junto a su dueño.

Cuando la Selección partió hacia Inglaterra, el país era gobernado por el radical Arturo Illia. A su regreso, el equipo nacional fue recibido en Casa de Gobierno por el general Juan Carlos Onganía, que el 29 de junio de 1966 derrocó a Illia en un golpe tristemente conocido como Revolución Argentina.

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El público enloqueció y le arrojó latas de cerveza al volante argentino.
 
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