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Finalmente, el seleccionador Marcelo Bielsa dejará para otra oportunidad la chance que, tras la lesión de Pablo Aimar, tenía Juan Román Riquelme de ser titular en la Selección, compartiendo el trabajo de creación junto al volante del Wolfsburgo, Andrés D’Alessandro. Sin embargo, en el encuentro amistoso ante Marruecos, que se disputará esta tarde en Casablanca, será el turno de Santiago Solari, que irá como punta por la izquierda, y de Esteban Cambiasso, volante central, para un esquema táctico que repetirá el clásico 3-3-1-3, el mismo que utilizó el técnico en su primer ciclo al frente del equipo y que había abandonado en los últimos encuentros, en los que, priorizando la creación, se utilizó un 3-3-2-2.
El desafío para Bielsa, que apenas consiguió dos días de entrenamiento con el grupo completo, tiene por lo menos dos aristas: que el equipo triunfe, para frenar las presiones (no habría que olvidar que otra vez fueron convocados sólo los futbolistas que juegan en Europa, excepto César Delgado, del Cruz Azul de México); y que lo haga jugando bien, aunque más no sea para volver a apuntalar el agrietado romance con los hinchas. En principio, lo que más preocuparía al entrenador es la recuperación de la pelota en la zona de volantes, donde Cambiasso, con menos quite que el lesionado Matías Almeyda, será apoyado por el Kily González, quien ocupará el puesto del no convocado Juan Pablo Sorín, y por Javier Zanetti.
El enfrentamiento entre Argentina y Marruecos tiene sólo un antecedente: el encuentro que en Salta el equipo de Alfio Basile les ganó a los africanos por 3-1, en abril de 1994, unos meses antes del comienzo del Mundial de Estados Unidos. Ese partido fue uno de los últimos que disputó con la celeste y blanca Diego Maradona –que anotó el segundo gol, de penal–, antes de que le diera positivo el control antidoping que lo excluyó del Campeonato del Mundo, con las piernas cortadas.
Frente a selecciones de Africa, la Selección Argentina jugó 14 partidos, registrándose una sola derrota, ante Camerún, en el partido inaugural del Mundial Italia ’90, con aquel recordado gol de Oman Biyik. El resto fueron nueve triunfos y cuatro empates, con 29 goles a favor y 9 en contra. Por otra parte, éste será el tercer partido que el combinado nacional juega en territorio africano luego de haber empatado 1-1 con Sudáfrica, en Johannesburgo en 1995, y haber vencido 3-1 a Libia, en Trípoli, en el 2003.
Si bien para la Argentina el encuentro ante los marroquíes será, además, una suerte de ensayo general con el que Bielsa pretende encontrar la mejor forma en la previa del choque ante Brasil por las Eliminatorias, el próximo 2 de junio, para los africanos significa mucho más: es un partido ante un rival jerarquizado, por el que pagará 900 mil dólares, y una inmejorable carta de presentación en su candidatura para albergar el Mundial 2010, que se disputará en continente africano; Sudáfrica, bien posicionado, Egipto, Túnez y Libia son los otros países aspirantes. La votación de la FIFA será el 15 de mayo, y el bloque de la Conmebol se inclinaría en pleno por la candidatura sudafricana.