DEPORTES › LE GANO CON LO JUSTO A BELGRANO, QUE MARRO UN PENAL
A River todo le cuesta mucho
Todos los goles en el primer tiempo. Los cordobeses sacaron ventaja a través de Obolo, pero empató Cambiasso y desniveló D’Alessandro de penal. Comizzo le atajó un penal a Brusco.
Por Adrián De Benedictis
A pesar de sus carencias colectivas y de su poca audacia, River continúa liderando en soledad el torneo Clausura. En la tarde de ayer volvió a ganar como local con goles propios desde el 20 de febrero, cuando goleó a Unión. Pero con el 2-1 sobre Belgrano dejó evidenciado que al equipo no le será tan sencillo recuperar su nivel. Porque ayer River volvía a jugar en su estadio con el objetivo no sólo de reencontrarse con una victoria, sino también con su fútbol. Pero la mediocridad que define a los equipos en los últimos certámenes parece haber alcanzado también a este River tan repleto de talento como falto de ideas.
Resulta difícil entender cómo el equipo no logra plasmar la superioridad técnica que representan sus nombres: D’Alessandro, Cambiasso, Ortega (ayer estuvo ausente por estar suspendido), Cavenaghi y Coudet (lesionado) son algunas de las múltiples variantes con las que cuenta el plantel. Sin embargo, su bajo nivel y su poca convicción hacen que, ante un rival como Belgrano, con chances de descender, apenas consiga sacarle mínimas diferencias.
Los cordobeses, un equipo con aptitudes reducidas cuya principal arma es buscar la cabeza de Mauro Obolo, no se replegó en su campo, y le disputó a River el dominio de la pelota en la mitad de la cancha. De esa manera estuvo muy cerca de llevarse al menos un punto.
Si bien River fue el que se acercó primero con peligro con un cabezazo en el palo de Cavenaghi, Belgrano se puso en ventaja con un zurdazo de Obolo, quien sorprendió a toda la defensa local. Cuando seguía chocando por el centro de la defensa cordobesa, River intentó por los costados con los desbordes de Zapata. Y en una de esas subidas se inició la jugada del empate: Olave rechazó un disparo del volante y, después de que no la pudiera empujar López, finalmente Cambiasso pudo marcar . Después, cuando River no podía desnivelar, Castillo le cometió penal a Cavenaghi, y D’Alessandro dio vuelta el resultado.
La segunda parte mostró a un River dubitativo y sin claridad, y a un Belgrano que lentamente fue transformando a Comizzo en la figura del encuentro. Además de contenerle un penal a Brusco (falta de Husain a Desagastizábal), el arquero le sacó un tiro libre a Castillo de mucho riesgo. Antes, el mismo Castillo le había sacado en la línea el toque al gol a Cavenaghi. Y eso había sido lo mejor de River en esa segunda mitad de un partido que terminó metido en su área y esperando el final...