ESPECTáCULOS › ASI SON LOS CINCO ESTRENOS EN LA TEMPORADA 2002 DE SONY
Las próximas series de culto
Desde “That 80’s show” hasta “The Tick”, los nuevos programas de la señal de las sitcom evidencian una apuesta a la experimentación.
Por Julián Gorodischer
Si las decisiones sobre series se tomaran en la Argentina, “Dawson’s Creek” y “Felicity”, dos dramas juveniles con mucho llanto y romances contrariados, serían dueños absolutos de la programación de Sony. El público local prefiere los destinos sentimentales a la agudeza de una comedia de situaciones, pero eso no importa. Por una vez, estar en la periferia económica y cultural depara una sorpresa que puede ser grata. A punto de inaugurar su Mid Season, un lanzamiento que pretende sembrar algún éxito que perdure, Sony presentó cinco nuevas series más cercanas a la apuesta experimental que a la captación de masas para reemplazar, entre otras, a “Felicity”, que en los Estados Unidos ya no cotiza.
Con la flamante “That 80’s show”, el canal reformula el clásico “That 70’s show” para darle continuidad sin saturar a sus personajes e historias. Entonces, la fumata deja paso a la inhalación de cocaína, y los cuatro adolescentes se marchan para dar lugar a jóvenes tensionados que se resisten a ser yuppies. Corey, músico idealista, es un alter ego de Eric, de “That 70’s...”, con hermana provocadora, padre publicista, trabajo en disquería del estilo Alta fidelidad y soledad, que es sinónimo de búsqueda de chicas. Su novia se revela como bisexual, y se anticipa un flirteo entre el chico y su compañera en la tienda. Se amontonan los temas de los ‘80, el punk tardío, el divorcio, la bisexualidad y el sinfín de referencias: Boy George, “Dinastía”, Ronald Reagan. El juego es divertido: mirar para señalar y decir “yo lo he vivido”, un pasatiempo que desde el próximo lunes a las 21.30 se podrá practicar también en la Argentina.
En “The Tick”, única serie fantástica con ribetes surrealistas del canal, la garrapata y la polilla, particulares superhéroes, combaten contra una mafia de trasnochados comunistas y activan el gran peligro soviético, un golem programado en los ‘70 para matar al ex presidente Jimmy Carter. Con sólo nueve episodios, aptos para decodificadores de guiños sobre la Guerra Fría, el recontraespionaje y la mitificación del superhéroe, “The Tick” (desde el martes a las 21.30) está protagonizada por Patrick Warburton, novio de Elaine en “Seinfeld”, junto con otros superhéroes un poco ineptos que tiran contra el Gran Peligro Rojo y, después, contra “la vaca apocalíptica que lanza fuego por las ubres”.
“Law and Order: Criminal Intent”, una de héroes pero sin la vara cínica, extiende la franquicia de la serie de Dick Wolf (“Law and Order”, un éxito en todo el mundo) al punto de vista del criminal, para trazar, junto con la dirección de la pesquisa, un perfil psicológico del asesino. Pistas y psicodiagnóstico, en paralelo, componen un contrapunto que alterna el juego sucio de los detectives con los detalles sexuales y emocionales del monstruo. La estrategia no se disimula: un nombre convocante (Vincent D’Onofrio) y una variante ganchera (conocer el otro lado) sólo para variar una de policías y ladrones que ya se hizo famosa.
El mérito de “According to Jim”, protagonizada por James Belushi (desde el jueves próximo a las 20.30), está en el disfraz. Parece una más entre las series de familia, pero es también el retrato de un hombre desganado, que bien podría leerse en términos de crítica al “American way of life”. Jim y Dana discuten en vez de hacer el amor y se sientan, aburridos, en pijama a ver TV. De la escuela de “Casados con hijos”, “According to Jim” es, también, la pintura de un rudo padre de familia que, para conmover, no puede despegarse de su hija.
“Grounded for Life” (desde el martes a las 20), única serie todavía en las sombras, refuerza una consigna común a todos los estrenos: si se trata de mostrar lo conocido, mejor es introducir una variante. Aquí, la escena de familia se subordina a la cuestión de clase, problemática poco visitada por las sitcoms. Sean y Claudia son padres en apuros económicos (él es empleado en el metro; ella, en un restaurante) con tres hijos chicos, y un sueño de progreso y ventura extinguido. La suya será una historia detrabajadores, según el estado del mundo modelo 2002, uno que presiona a la TV a interesarse, de una vez, por los excluidos del estándar ABC 1.