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Por Sebastián Fest
Desde París

El tenis argentino sigue cosechando éxitos en el Abierto de Francia, donde ayer vivió un día perfecto: tres partidos, tres triunfos. Gisela Dulko ganó luchando, Gastón Gaudio sufriendo y David Nalbandian demoliendo. Cada uno con sus armas, y ante rivales de diferente envergadura, encontró el camino para llegar a la tercera ronda del que es uno de los cuatro torneos más importantes del mundo.
“Sueño con ser una de las cinco mejores del ranking y con ganar un Grand Slam”, dijo Dulko tras su éxito ante la española Conchita Martínez, una mujer que a sus 32 años se mantiene en el puesto 21 del ranking y que hace diez años ganó Wimbledon.
Dulko ganó 6-4, 7-5 tras desventajas de 3-1 y 5-2 en cada set, y se rió con una mezcla de franqueza y asombro cuando se le recordó que la suma de edades de sus dos rivales en el torneo da 79 años: 47 de Martina Na-vratilova y 32 de Martínez. La argentina tiene apenas 19 y aún no ganó su primer título: sus dos rivales suman 383 entre individuales y dobles.
Su próxima rival será la japonesa Shinobu Asagoe, un partido que, visto el nivel de Dulko en París, no es impedimento para que capture un lugar entre las 16 mejores del torneo. Entonces llegaría la estadounidense Serena Williams, un desafío de otro nivel.
Nivel fue lo que le sobró a Nalbandian una vez que quebró la tenaz y audaz resistencia del colombiano Alejandro Falla. El argentino, 8º del ranking mundial, se impuso 5-7, 6-0, 6-2, 6-0 al número 146º del mundo, y espera al austríaco Stefan Koubek.
“Siempre es difícil el arranque de un partido cuando uno no conoce al rival. El arrancó muy bien y motivado, y yo no le podía encontrar la vuelta, algo que recién hice al final del primer set”, reconoció el finalista de Wimbledon 2002. Nalbandian confía en llegar lejos: “Para ganar el torneo hay que ganarles a todos, y mi cuadro todavía no se abrió. Pero estoy dispuesto a jugar con quien sea”.
Diferente fue lo de Gaudio, que fiel a su costumbre sufrió hasta el final. “Esto siempre es sufrimiento”, dijo con sinceridad tras vencer 2-6, 6-4, 6-4, 5-7, 6-3 al checo Jiri Novak, 14º favorito.
“Por fin tendré un día de descanso”, celebró el argentino, que por falta de luz el martes debió jugar ayer el quinto set de su partido de primera ronda ante su compatriota Guillermo Cañas. “Aquel set fue, por los nervios y el desgaste, como jugar un partido entero.”
Gaudio prefiere ser prudente, advirtiendo que hay que ir “partido a partido”, pero su próximo desafío invita a cierto optimismo para el argentino: Enqvist sólo pudo derrotarlo una vez en cuatro enfrentamientos, hace cuatro años en la segunda ronda de Roland Garros, pero Gaudio ganó luego los tres partidos siguientes.
Otros tres argentinos jugarán hoy buscando ya un lugar en octavos de final. Paola Suárez tiene ante la ucraniana Tatiana Perebiynis un choque en el que es favorita. Y ganar tendría para ella una importancia redoblada, porque la debacle de la belga Justine Henin-Hardenne le abre a Suárez la chance de soñar con las semifinales: en octavos enfrentaría a la ganadora del choque entre la italiana Tathiana Garbin y la china Jie Zheng, y la rival más dura en cuartos sería la rusa Nadia Petrova, octava del mundo.
Una situación similar a la de Juan Chela, que juega hoy ante el español Alex Corretja. Chela tiene una ventaja de 3-1 en el historial ante el ex número dos del mundo, con el que no pierde desde el 2000. En cuartos tampoco habría rivales infranqueables.
El día se cerrará con Guillermo Coria en el último turno de la cancha Suzanne Lenglen, la segunda en importancia del complejo de Roland Garros. El número tres del mundo enfrenta al croata Mario Ancic, un joven de 20 años al que nunca se midió, pero que no tendrá ante el argentino las mismas facilidades que en su triunfo de segunda ronda sobre Mariano Zabaleta.