DEPORTES › LA PARTICULAR HISTORIA DEL EQUIPO DEL INGENIO

Ledesma, el club de los Blaquier

Por G. V.

El Club Atlético Ledesma, donde Juan de la Cruz Kairuz se desempeñó como director técnico en los años 1977 y ’79, se fundó el 2 de diciembre de 1928 y su historia está íntimamente ligada al ingenio del mismo nombre. En la década del ‘70, justo en los años de la represión más desembozada, con apagones incluidos sobre la ciudad que eran aprovechados para secuestrar personas, el equipo disputó cuatro campeonatos nacionales consecutivos, con campañas mediocres. Fueron los de 1976, ‘77, ‘78 y ‘79, participación que se repetiría –ya en democracia– en el mismo torneo de 1984.
El año del golpe, Ledesma intervino en el Grupo B, junto a River, Banfield, Estudiantes, Racing, Atlanta, San Martín de Tucumán y San Telmo. Finalizó sexto entre ocho participantes y en su plantel estaban jugadores como Bedogni (ex Estudiantes), Lazbal (ex River) y Rubiola (ex Rosario Central). Al año siguiente le fue peor en el Grupo D, donde finalizó penúltimo y sólo por encima de All Boys. Diego Maradona, de penal, le convirtió un gol en la vieja canchita de La Paternal (1-2 perdieron los jujeños).
En los meses posteriores al Mundial ‘78, en el Nacional de esa temporada, Ledesma realizó la mejor campaña de su historia en un certamen organizado directamente por la AFA. El club de los Blaquier –que también crearon El Talar y el Hípico Ledesma en Libertador General San Martín– se ubicó cuarto en la zona A, detrás de Talleres de Córdoba, que saldría subcampeón, Racing y Newell’s, aunque delante de Ferro, Estudiantes, All Boys y Juventud Antoniana. En 1979 terminó último sin ganar un solo partido –Kairuz había vuelto a la dirección técnica– y en 1984 también cerró la tabla en su grupo.
La anécdota futbolística más increíble protagonizada por el equipo en los últimos años sucedió el 10 de enero de 1988, en un partido como visitante ante los salteños de Juventud Antoniana. Esa tarde, el árbitro Osvaldo Pisapia, estuvo a punto de ser linchado por los hinchas locales. Como su vida corría peligro, simuló continuar el juego después de que lo había suspendido por un botellazo al juez de línea Augusto Mounes.
El referí se puso de acuerdo con los futbolistas de Ledesma que ganaban 32 y les anuló un gol con su consentimiento. Los de Antoniana creyeron que habían igualado 2-2. Un delantero de este equipo, Gustavo Cil, contaría tiempo después que los salteños estaban con bronca “porque el día anterior, dirigentes de Ledesma le habían pagado al árbitro un tour por Cafayate para que fuera con su esposa. Eso no implicó que estuviera arreglado, pero pesó en el ánimo de la gente. Es que en los Regionales pasaba mucho: cuando podían, los dirigentes arreglaban un paseíto con los árbitros...”
Hoy, el club participa en el Argentino B y es apoyado económicamente por el principal productor de azúcar del país: el complejo agroindustrial Ledesma que tiene 35.000 hectáreas de caña plantadas.

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