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Por Ariel Greco
Desde Mar del Plata

Entrenadores y jugadores coinciden en que en un torneo con este tipo de formato, con una primera ronda larga y luego con encuentros decisivos hasta llegar a una final, el juego de los cuartos de final es “el” partido del campeonato. Es que una victoria significa dos posibilidades para subirse al podio, mientras que una derrota determina el fin de las ilusiones del título, y ya nada importa lo que se haya concretado hasta ese momento. De ahí la trascendencia que tiene para la Selección Argentina U-21 su compromiso de esta noche en Mar del Plata por un lugar en la semifinal del Mundial ante Lituania, un rival temible por lo que mostró en la primera fase (desde las 21, televisa TyC Sports). Tras una etapa previa sin demasiadas luces, el conjunto argentino tiene la chance de revertir la pálida imagen dejada hasta ahora y, a partir del buen segundo tiempo ante Australia, las expectativas del plantel aumentaron.
“El partido es éste, lo que se hizo antes ya no importa”, le aseguró a Página/12 Guillermo Narvarte, asistente del entrenador Gonzalo García. Y ésa es la opinión de todo el grupo. “Estamos mentalizados en cómo es el juego. Podés venir bárbaro, pero perdés y se acaba todo. O al revés, como nos puede pasar a nosotros, que por ahí entregamos el partido ante Australia en el principio, pero que igualmente podemos ganarle a Lituania tranquilos”, comentó el pivot Alejandro Alloati. Por eso, si bien Argentina llega a esta instancia como tercero en su grupo, la motivación del plantel creció a partir de la remontada en el segundo tiempo ante los oceánicos, más allá de que finalmente no alcanzó para triunfar. “Más que nada valió para que nos convenciéramos de que tenemos potencial como para pelear con los equipos más fuertes”, le destacó a este diario Matías Sandes, uno de los referentes del plantel, pese a que no le agrade ese rol. “Es un mito que se creó, pero no me siento así, todos los que están acá pueden convertir”, indicó el alero mendocino.
Otro de los que expresó su confianza a partir del robustecimiento del ánimo tras el segundo tiempo ante Australia fue el escolta Leonel Schattmann. “La verdad, cambió mucho el ánimo. Nos fuimos a dormir tranquilos, porque en el segundo tiempo dejamos todo y estuvimos a punto de ganarlo”, admitió el jugador más joven del equipo.
Lo más positivo que dejó la caída ante Australia fue el convencimiento de que si el equipo defiende como puede, Lituania no es un rival invencible. “Cuando defendemos bien, tenemos muchas posibilidades. Es clave porque de inmediato mejorarnos en ataque”, expresó el técnico García. “Nos sirvió para darnos cuenta de que el equipo está para cosas importantes”, remarcó Alloati.
Más allá de que los antecedentes ya no cuentan en esta instancia, Lituania llegó a los cuartos con cuatro victorias y apenas una caída, ante Estados Unidos, el gran candidato al título. Por eso aparece como favorito, por más que el entrenador lituano, Ramunas Butautas, exhibió un gran respeto por el conjunto argentino.
Los otros encuentros a jugarse hoy serán Eslovenia-Australia, Puerto Rico-Grecia y Canadá-EE.UU.