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Tres décimas de segundo para conquistar un Mundial

El cierre del Mundial juvenil de básquetbol, que terminó ganando Lituania, fue memorable. El balance de un torneo que causó desilusión por la actuación del equipo argentino, sexto entre once.

 Por Ariel Greco
Desde Mar del Plata

El Mundial U-21 Argentina 2005, que se adjudicó Lituania tras ganarle 6563 a Grecia en la final, ya es historia, pero dejó varias cuestiones para resaltar, más allá de la desilusión que provocó la tarea del equipo conducido por Gonzalo García. Aquí, a manera de resumen, algunos apuntes de un certamen que superó las expectativas creadas.
- El lugar justo. La Selección Argentina finalizó en la sexta posición, con una marca de tres victorias y cuatro derrotas, además del punto extra que obtuvo por la no presentación de Irán. Lo curioso es que a lo largo del certamen le tocó enfrentarse con los cinco equipos que terminaron por encima en la clasificación y cayó ante cuatro de ellos. Al único que derrotó (por 40 puntos) fue a Canadá.
- La gran sorpresa. Como le pasó a España en los Juegos Olímpicos, que terminó quinto con un solo partido perdido, a Estados Unidos le ocurrió lo mismo en este torneo. Ganó los siete encuentros restantes, entre ellos al campeón Lituania, pero cayó en el más importante, ante Canadá, en cuartos de final. El héroe ese día fue el pivot Levon Kendall, autor de 40 puntos, en la mejor actuación individual del campeonato.
- El momento del campeonato. El torneo tuvo un cierre memorable, casi de película, entre Lituania y Grecia. Tras un juego muy parejo y emotivo, sin tiempo en el reloj (la TV demostró que restaban tres décimas) y con el partido empatado 63-63, el lituano Renaldas Seibutis recibió una falta y tenía la chance del triunfo y del título con dos tiros libres. Tras las protestas de los griegos, el jugador más valioso del torneo (MVP) ejecutó el primer lanzamiento, que rebotó tres veces en el aro antes de ingresar. Era el punto del campeonato. El segundo entró limpito. “El entrenador me dijo que no me preocupara, que si fallaba los tiros, teníamos cinco minutos más para ganar”, contó Seibutis.
- ¿La revancha? El cierre de la final tuvo dos jugadas polémicas, que motivaron las protestas de los griegos. A falta de 4s8, uno de sus jugadores tocó la línea de fondo cuando peleaba por un rebote, por lo que la pelota quedó para Lituania. Y ese ataque se resolvió con la falta sobre Seibutis que definió el juego. Lo curioso es que los dos fallos –bien cobrados– le tocó pitarlos al argentino Alejandro Chitti, y a más de uno se le vino a la memoria el recuerdo del griego Plitsikas, el árbitro que no señaló la infracción sobre Sconochini en la final ante Yugoslavia en el Mundial 2002. Cuando Chitti se retiraba al vestuario, Mavrokefalidis, un pivot griego de 2m08, lo persiguió para, literalmente, soplarle la nuca varias veces y patear las sillas y los carteles que tenía a su paso. Por suerte, lo frenaron antes de que la agresión se tornara más grave.
- El quinteto ideal. Lo conformaron Seibutis, además MVP, los griegos Konstantin Vasileiadis y Loukas Mavrokefalidis, el canadiense Kendall y el israelí Yotam Halperin. Más allá de los méritos del lituano, clave en la final y en el triunfo ante Argentina, si la final era para Grecia, seguramente el premio del mejor jugador hubiese recaído en manos de Vasileiadis.
- Las visitas ilustres. El torneo contó con la presencia de numerosos personajes de gran trayectoria en el básquetbol. Entre los argentinos se destacaron el actual y el ex entrenador de la Selección, Sergio Hernández y Rubén Magnano, los campeones olímpicos Juan Ignacio Sánchez y Rubén Wolkowyski, y los ex mundialistas Diego Maggi, Esteban De la Fuente, Sergio Aispurúa, Carlos Romano y Adolfo Perazzo, entre otros. De los extranjeros, llamó la atención la presencia del brasileño jugador de la NBA Anderson Varejao, de turismo por el país y de paso por el torneo en los primeros días. También estuvieron el alero puertorriqueño Roberto Hourritinier, el técnico Flor Meléndez y el lituano Rimas Kurtinaitis, segundo entrenador de su selección y uno de los mejores tiradores de la historia de la FIBA. “Siempre quise ser el primero, por eso no me conformo con ser segundo”, comentó Kurtinaitis, que evidentemente se fue conforme de Argentina. La plana mayor de la FIBA también dio el presente, con su titular, el chino Carl Men Ki Ching; el secretario general; el suizo Patrick Baumann, y el secretario técnico, el esloveno Ludomir Kotleba.

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El lanzamiento del campeonato, el primero de Seibutis.
 
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