EL MUNDO › EL PRESIDENTE NO DESCARTA PELEAR SU REELECCION
Lula planea la contraofensiva
Acorralado, el presidente de Brasil tomó en silencio la oferta de la oposición de no procesarlo si resigna un nuevo mandato.
Por Juan Arias *
Desde Río de Janeiro
Lula da Silva se resiste a tirar la toalla. El presidente brasileño tiene cada vez menos margen de maniobra dentro de la trama de corrupción que azota a su Partido de los Trabajadores (PT), pero aun así prepara una nueva táctica para sortear la crisis. Quiere crear un nuevo gabinete de gobierno y hacer frente al escándalo. Ello, a pesar de que varios de sus ministros le aconsejan que acepte la oferta de la oposición para no presentarse a las próximas elecciones, a cambio de evitar un posible procesamiento. Una iniciativa que ayer fue bien recibida por los sectores económicos.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, a pesar de aparecer cada día más aprisionado por la crisis política, no acaba de creerse que pueda ser obligado a tirar la toalla. Animado por la decisión de los partidos de oposición que ayer llegaron al consenso de que prefieren derrotarlo en las urnas que abrir un proceso de destitución contra él, tomó la iniciativa de preparar su ofensiva personal, creando un nuevo gabinete de crisis permanente.
A sus consejeros más cercanos, entre ellos el ministro de Justicia, Thomas Bastos, y el de Economía, Antonio Palocci, Lula intenta convencerlos de que la mejor defensa es el ataque. Después de su discurso a la nación del viernes pasado, que fue mal acogido a pesar de haber pedido perdón al país, personalmente preferiría, por el momento, no hacer más pronunciamientos, como desearían algunas personas cercanas a él, como el nuevo presidente del PT, Tarso Genro. Lula cree que, mejor que hablar, lo importante es hacer. Está convencido de que lo que puede sacarlo de la crisis es que el gobierno se ponga en pie de guerra, que los ministros se arremanguen y se pongan a trabajar. Hasta les ha pedido que trabajen “hasta medianoche” si es preciso. Lula siempre se quejó, en el pasado, de que los ministros trabajan poco y de que no saben “vender” los logros de sus trabajos.
El hecho de que la bolsa ayer volviera a subir y que el dólar bajara, ante la noticia de que la oposición no iba a pedir su procesamiento, le ha dado aún más ánimos al presidente acorralado. Ahora, ante la petición de la oposición de que debería indicar en público por quiénes se siente “traicionado”, se comenta que Lula estaría dispuesto a pedir a su ex ministro José Dirceu que acepte sus culpas y confiese que fue él quien urdió la trama de corrupción para pagar a diputados y para recoger dinero sin contabilizar para el PT, enviándolo a paraísos fiscales en el extranjero. Curiosamente ayer, Dirceu, que pasa por un proceso para perder su mandato de diputado, aceptó por primera vez que “sabía algo”, aunque “no todo”. Es un primer paso.
La oposición, que tiene ya la certeza de que Lula, ni presentándose en el 2006 sería reelegido, lo que desea es llegar a las elecciones sin que la economía, que es lo más positivo del gobierno, se desmorone, así como que se eviten tumultos en la calle que podrían abrir el camino a soluciones de tipo populista o autoritario.
Todo ello porque es la primera vez en este país que una crisis política está siendo visible por todos. Los trabajos de las comisiones de investigación del Parlamento que suelen durar hasta la madrugada están siendo seguidos como finales de fútbol, con índices de audiencia enormes. Y por primera vez cientos de sites en internet se están interesando en la crisis. Muchos fueron creados ex profeso. El más visitado es www.e indignaçao.com.br, que está organizando una marcha virtual a Brasilia. El site creado hace menos de una semana tiene ya cerca de cien mil personas que se han apuntado para la marcha. Según el organizador, Denilson Fedozzi, la marcha que llegará virtualmente a la capital lasemana que viene tendrá más de medio millón de activistas. En los Orkut se encuentran ya 854 comunidades interesadas en la crisis.
Hasta los psicoanalistas han alertado a los políticos de que la crisis, totalmente visible, está produciendo en sus pacientes, sobre todo entre los jóvenes, frustraciones y neurosis, así como recaídas graves. Resulta que para los jóvenes que no habían vivido el ’68, la llegada del ex tornero Lula al poder con su mensaje publicitario de que “la esperanza había vencido al miedo” caló tan hondo que le dieron 53 millones de votos, y supuso el primer momento de ilusión colectiva después de la dictadura militar. La palabra “sueño” volvió a resucitar. De ahí la frustración y la rabia contra los políticos que se manifiesta en todos los sondeos.
A partir de hoy tendrán lugar en Brasilia varias manifestaciones, no virtuales sino reales, unas a favor de Lula y otras contra los escándalos de corrupción, pidiendo que los culpables del gobierno y del PT sean castigados con rigor. Los jóvenes no entienden cómo ante una crisis de tal envergadura nadie ha sido expulsado aún del PT, que Dirceu siga teniendo fuerza en el partido y que nadie haya ido a la cárcel.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.