DEPORTES › EL GOLPE SENEGALES REVELO LA JERARQUIA DEL MEJOR JUGADOR DE AFRICA
Diouf, el que bailó a los franceses
La noticia del primer día de competencia en el Mundial no fue sólo la victoria de Senegal –debutante absoluto– ante el campeón del mundo sino la irrupción de un crack, el juvenil El Hadji Diouf, jugador del Lens francés, ídolo de su país y elegido mejor jugador de Africa en la última temporada.
Por Ariel Greco
En el primer día de competencia, el Mundial 2002 ya dejó la primera sorpresa. El triunfo de Senegal sobre Francia, su madre patria, se convirtió en la noticia del día. Y de la mano de ese triunfo, el mundo de fútbol conoció a una nueva figura, que si repite actuaciones similares, muy pronto se meterá entre los mejores. Control de pelota en velocidad, capacidad para arrastrar a toda un defensa casi en soledad y un envidiable espíritu de lucha fueron algunas de las cualidades que demostró ayer El Hadji Diouf, el delantero senegalés que deslumbró al mundo al bancarse solito a la defensa del actual campeón. Y eso que no exhibió su mayor virtud, su hambre de gol. “Intenté con mi velocidad molestar a Leboeuf y Desailly y lo pasé bien jugando, a pesar de que estuve muy solo adelante”, señaló Diouf con la hazaña consumada.
Nacido en Dakar el 15 de enero de 1981, aunque casi toda su vida la pasó en Francia, a los 21 años El Hadji Diouf ya es ídolo nacional de Senegal. Es que sus 9 goles en las Eliminatorias africanas sirvieron para que la Selección se clasificara para un Mundial por primera vez en su historia. Incluso, sus tres tantos ante Namibia en el último partido, que posibilitaron el pasaje a Corea y Japón por diferencia de gol, le valieron el apodo de “Asesino Serial”, con el que lo conocen los fanáticos de su país. Además, en enero de este año fue fundamental en el subcampeonato en la Copa Africana de Naciones, postergando a Nigeria en las semifinales y cayendo por penales ante Camerún. Esas actuaciones lo catapultaron a ser reconocido como el mejor jugador africano del 2001.
Desde su debut ante Benin en abril del 2000, Diouf lleva 13 goles en 23 partidos internacionales. Si bien inició su trayectoria en el Souchaux, su carrera comenzó a tener suceso en el Rennes, equipo que dejó en la temporada 2000/2001 para pasar al Lens, actual subcampeón francés. Pero más allá de que el gran público lo conoció ayer a partir de haber desparramado a los experimentados franceses, en Europa la fama de Diouf viene en crecimiento. Son varios los clubes que se lo disputan, aunque todo indica que será el Liverpool el que se quedará con sus goles. “Estoy ansioso por jugar en el fútbol más importante del mundo”, dijo ayer tras el partido, casi anunciando su pase al club inglés.
Pero no sólo los reclutadores de talento se fijaron en este delantero de 1,80 metro y 75 kilos. Durante las marchas antiglobalización que se desarrollaron en Barcelona durante la cumbre de los líderes mundiales hace dos meses, Manu Chao se presentó en los recitales que brindó con una camiseta de fútbol, que muchos no reconocieron. El músico francés, que habitualmente usa ropa futbolera en sus shows, utilizó la 11 de Senegal, en homenaje a Diouf.
El partido de ayer era especial. No sólo era su debut y el de su selección en un Mundial. También era el encuentro esperado desde hace cuarenta años, desde que Senegal se independizó de Francia. “Fue un gran triunfo, un partido en el que hicimos lo que debíamos hacer. Pienso en que toda Africa estará celebrando este resultado, que nos abre una gran posibilidad de pasar a la siguiente ronda. Hemos jugado además para todo el pueblo de Senegal y debe haber una gran fiesta”, señaló Diouf. Y para agregarle un poco más de morbo, del otro lado estaba Sylvain Wiltord, a quien Diouf calificó como su referente como jugador y que seguía todos sus movimientos desde la época en el que el francés brillaba en el Bordeaux. Ayer lo opacó, como al resto de las estrellas del campeón del mundo.