Martes, 31 de enero de 2006 | Hoy
El italiano, siete veces campeón del mundo de motociclismo, será compañero de equipo de Schumacher en las pruebas de Valencia.
Por Juan Antonio Lladós
El italiano Valentino Rossi está decidido a convertirse en un icono irrepetible y, desde luego, va con paso firme y decidido a conseguirlo, no ya en las motos, en donde demostró ser un auténtico fuera de serie, sino en todo aquello que tenga motor y el deporte por antonomasia que más carburante quema no es otro que la Fórmula Uno. Desde hoy, Valentino Rossi se va a medir con los grandes “monstruos” de la especialidad, con el alemán Michael Schumacher y el actual campeón del mundo, el español Fernando Alonso, a la cabeza, aunque con el asturiano no coincidirá en la pista hasta el miércoles.
Antes que Rossi sólo una persona en el mundo, el británico John Surtees, consiguió la proeza de convertirse en campeón del mundo de motociclismo y, posteriormente, de Fórmula Uno. Surtees, como Rossi, ganó siete títulos mundiales de motociclismo, pero tardó cuatro años desde que sumó su último cetro mundial de 500 cc, en 1960, hasta que se proclamó campeón mundial en 1964, y ésa es una diferencia que se antoja amplia para las aspiraciones de Rossi.
Y ahí es donde entran en escena los entrenamientos que protagonizará en el circuito Ricardo Tormo de Cheste, en donde verdaderamente podrá comprobar las posibilidades de un cambio de especialidad que para muchos no deja de ser descabellado y un mero plan de marketing para sacar a Ferrari del “bache” por el que atravesó la pasada temporada. Así, “Il Dottore” dejará de serlo por un rato y se convertirá en “El Becario”, de lujo, pero al fin y al cabo un mero principiante en una especialidad que no conoce y en la que va a pasar, directamente, a su máximo exponente. Surtees, por ejemplo, realizó un proceso de aprendizaje de tres años y, al cuarto, consiguió el título mundial. Pero en el caso de Rossi, 2006 puede ser su año de aprendizaje, todo depende de los resultados que consiga en Cheste, y sin dejar de lado ni una sola de sus citas en el Campeonato del Mundo de MotoGP.
La profesionalización de este deporte así lo exige y su contrato con Yamaha también. Pero en los “huecos libres”, no dudará en subirse a la Ferrari en cuanto sea posible y es por eso que ya dejó plantados a los fabricantes japoneses a los que ya hizo campeones mundiales en dos ocasiones. Desde hoy, sus rivales y su compañero de equipo, el estadounidense Colin Edwards, estarán rodando en el circuito australiano de Phillip Island, pero Rossi estará muy lejos de allí.
En Malasia, la pasada semana, ya aseguró que su nueva Yamaha YZR M 1 iba mucho mejor que la de 2005, quizás para que los ingenieros y “mandamases” no se enojaran con él, a sabiendas de que su mente iba ya camino de Valencia. Y, desde ayer, Rossi se encuentra en Valencia, en donde hoy tendrá, por primera vez, la oportunidad de medir sus fuerzas al volante frente a las grandes estrellas de la F1, como Michael Schumacher, Fernando Alonso o Kimi Raikkonen, de un total de ocho escuderías que decidieron entrenarse en la pista valenciana.
El italiano ya tuvo la oportunidad el pasado año de probar en varias ocasiones el monoplaza de Ferrari, en unas sesiones privadas que se realizaron en los circuitos de Fiorano y Mugello, pero ésta será la primera vez que Rossi se suba a una Ferrari en unas pruebas “multitudinarias” en las que coincida con los grandes especialistas de esta modalidad. Rossi estará hasta el próximo jueves junto a sus “compañeros” de escudería, Michael Schumacher, Felipe Massa y Luca Badoer, para después marcharse a Qatar, en donde completará con su equipo “de motos”, unos entrenamientos previstos a tres jornadas. Todo apunta a que Valentino Rossi dispondrá de un híbrido de la marca del Cavallino Rampante, equipado con el nuevo motor de ocho cilindros.
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