No fue una novedad cuando jugadores como Shaquille O’Neal comenzaron meses antes de que empezase el campeonato a quejarse sobre el nuevo balón de microfibra sintética que la NBA había sustituido por el tradicional de cuero. Cuando algunos jugadores tan políticamente correctos como Steve Nash o Emanuel Ginóbili se unieron a la protesta por un balón difícil de manejar e impredecible en el aire pareció que el comisionado de la NBA, David Stern, tenía un serio problema.

Stern cedió a las quejas de los verdaderos consumidores del nuevo balón, los jugadores, y recuperará la vieja pelota de cuero el 1º de enero. Había reconocido al New York Times que fue un error cambiar sin consultar a los jugadores. Después del partido entre los Nueva Jersey Nets y los Phoenix Suns, los bases de ambos equipos, Jason Kidd y Nash, acabaron con las manos llenas de cortes y quemaduras. No eran los primeros jugadores que sufrían los efectos de la microfibra sintética y Stern acabó rindiéndose a la evidencia. “La respuesta de los jugadores ha sido abrumadoramente negativa y hemos actuado acorde con ello”, declaró el máximo dirigente tras tomar la decisión.

Si el cambio de balón no se produjo de manera inmediata es porque la marca que los produce, Spalding, tiene sus almacenes vacíos de los viejos balones de cuero. De acuerdo con lo estipulado en la Liga, debe haber 15 balones nuevos en cada campo de entrenamiento y 15 también sin usar en cada recinto antes de cada partido. Los 20 días que quedan para el nuevo año serán suficientes para que el fabricante pueda producir los suficientes para abastecer la competencia. Sin embargo, datos ofrecidos por la NBA confirman que el balón sintético demostró ser más consistente y que desde que empezó la nueva temporada aumentaron los porcentajes de tiro y disminuyeron las pérdidas de balón.

Al final lo que contó fue la opinión de los que hacen que el objeto de la discordia entre en la canasta. Los Boston Celtics, tendrá pocas horas para volver a adaptarse al balón que rebotaron durante 35 años y seguramente lo haga durante mucho más tiempo.

De El País de Madrid. Especial para Página/12.