No sorprendió que Gastón Gaudio no se presentara ayer para disputar su partido ante el italiano Alessio Di Mauro. La pálida actuación que mostró el miércoles ante el español Rubén Ramírez Hidalgo, la cortina de silbidos con la que fue despedido y, sobre todo, las declaraciones en las que adelantó que podría dejar el tenis despertaron las reacciones de algunos de sus compañeros. “Pasa por un mal momento. Pero cualquier decisión que tome, si cree que es la correcta, no tiene margen de discusión”, señaló Guillermo Cañas. “Es muy raro. No pasa por un buen momento. Pero dudo de que quiera dejar. En el fondo le gusta jugar al tenis”, apuntó Juan Ignacio Chela, uno de sus amigos del circuito.

Lo cierto es que el argentino está lejos de encontrarle una solución a su problema. La próxima semana se jugará Acapulco y el campeón de Roland Garros 2004 no sabe si viajará a México. “Soy hincha de Gastón. Soy un fanático suyo desde hace mucho. Me pareció muy duro como lo trataron. Sobre todo porque es el que más sufre en esta situación. Espero que pueda salir. Sé que está laburando mucho para eso”, indicó Diego Hartield.

Gaudio parece no encontrar el rumbo. Su último triunfo data de agosto de 2006, cuando derrotó al estadounidense Sam Querrey en la segunda ronda del US Open. Desde entonces, el argentino, 37 del ranking, no paró de sumar frustraciones: derrotas en primera ronda en Lyon, Madrid, Auckland, el Abierto de Australia, Viña del Mar, Costa do Sauipe y Buenos Aires.

La excesiva autoexigencia y su rápida frustración son algunos de los problemas con los cuales Gaudio no puede lograr convivir. Los entrenamientos junto a Franco Davín aún conservan un alto nivel. Pero a la hora de entrar a la cancha un par de errores oscurecen el panorama y el argentino entrega los partidos. “Estoy abajo”, reconoce el argentino. “Esperemos que no se vaya porque el tenis argentino perdería a un gran jugador”, remarcó Cañas.

Producción: Hernán Matz.