Viernes, 23 de marzo de 2007 | Hoy
DEPORTES › EL EQUIPO DE RUSSO VENCIO 3-0 AL TOLUCA DE GALLEGO
El armador fue la gran figura en una victoria categórica sobre los mexicanos y anotó su primer gol desde el retorno. Con la victoria, Boca lidera el Grupo 7 de la Copa Zibertadores.
Por Ariel Greco
Iban 3-0, como en aquella anoche contra River en la Bombonera, y la hinchada boquense le gritaba a su odiado Américo Gallego “¡ponelo al Enzo!”. Boca tuvo una noche de fiesta en la que jugó muy bien, le ganó con claridad al Toluca mexicano y hasta le hizo precio. Para que el festejo fuera completo, Riquelme fue la figura: dio dos pases gol y marcó su primer tanto desde que volvió del Villarreal. Boca lidera ahora el Grupo 7 de la Copa Libertadores, con 7 puntos, seguido por Toluca (6), Bolívar (4) y Cienciano (3).
A partir de la formación que decidió Russo, estaba claro que Boca iba a apostar a la buena técnica de sus jugadores para vulnerar al visitante.
Con la salida limpia que ofrece Banega, la claridad que le otorga Riquelme y la movilidad de Neri Cardozo, el juego de Boca se basó en la rotación de la pelota a la búsqueda de los pocos espacios que ofrecía el fondo mexicano.
Claro que toda la estantería pudo haberse caído si el derechazo de Zinha a los 3 minutos no se estrella en el travesaño tras un grosero error de Maidana en la salida. Pero como la fortuna jugó en su favor, el equipo de Russo luego hizo su trabajo para encaminar el partido, si bien le faltaba justeza para el último toque. Cristante empezó a sufrir con remates desde afuera del área, como uno de Riquelme u otro de Cardozo que controló el arquero.
Más allá de que la superioridad de Boca no era evidente, la sensación que dejaba el trámite era que el gol no iba a tardar en llegar.
Y no tardó: un preciso centro de Riquelme encontró muy bien ubicado a Maidana, que anticipó a su marcador y clavó el cabezazo en el ángulo. El tanto terminó de tranquilizar al conjunto local, que siguió con su tónica de administrar las pelota a la espera de generar más situaciones de peligro.
La mejor muestra de ello fue la jugada colectiva que derivó en el segundo gol. Luego de que la tocaran casi todos los mediocampistas, Cardozo desbordó por derecha y envió un centro que Palermo no pudo conectar. Sin embargo, el goleador insistió y devolvió la pelota al medio para que Riquelme tocara con el arco vacío.
Toluca terminó de sentir el impacto y dejó en claro que no tenía plan B. Sus únicas vías para generar fútbol las aportaban el displicente Zinha y el velocísimo Vicente Sánchez. Para colmo, una pisada riquelmeana de Banega provocó la reacción de Cruzalta, la segunda amarilla y la consecuente expulsión.
Facilitado el trámite y el marcador, los minutos que siguieron fueron para que Boca se floreara ante el aplauso de sus hinchas, bastante pocos en función de lo que significaba el partido.
El complemento fue un monólogo de Boca, en el que sólo la ineficacia de sus atacantes y la excesiva generosidad por querer cederle el gol a un compañero determinaron que el equipo de Russo se perdiera una innumerable cantidad de ocasiones. Mondaini estuvo activo para generar faltas, pero no se terminó de acomodar en la cancha, se cerró demasiado entre los centrales y no desbordó como se esperaba.
Ante tanto lujo que se intentó, la única forma de que llegara el tercer gol debía ser a través de una enorme jugada. Así fue: en su primera intervención en el partido, con 20 segundos en la cancha, Boselli aguantó a su marcador, giró y cedió a Riquelme, que le devolvió de primera. El juvenil resolvió desde el borde del área por encima de la cabeza de Cristante.
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