La idea ronda la voluntad del presidente de la AFA, Julio Humberto Grondona, y la decisión sería inmediata si la Justicia o el Ministerio del Interior deciden, en el transcurso de la semana, que no están dadas las garantías para que el partido entre el campeón San Lorenzo y River, por la tercera fecha del Apertura, se juegue este domingo como está previsto. En ese caso, la AFA decidirá por mano propia suspender el torneo y pasarle la pelota al poder político, para ver cómo sigue esta historia.

Si River no puede debutar el domingo en el Apertura acumulará tres partidos suspendidos: el primero, contra Gimnasia de Jujuy, por un llamativo pedido propio, amparándose en un apartado reglamentario, cuando en realidad estaba en condiciones de actuar; el segundo, el que decidió no permitir el Ministerio del Interior, luego de que el juez Luis Rodríguez, que entiende en la causa del asesinato del barrabrava de River Martín Gonzalo Acro, considerara que no estaban dadas las condiciones de seguridad para que River pudiera ser local ante Newell’s cuatro días después de la muerte de Acro.

Los dirigentes suponen que otra suspensión no sólo obligaría a hacer demasiados malabares con el calendario para reprogramar tantos partidos, sino que imaginan que le quitaría un cierto grado de seriedad al campeonato. La reunión de esta noche del Comité Ejecutivo podría resultar clave para ver qué camino se decide tomar.

También se perjudica el negocio: en el primer torneo del fútbol argentino en el que se televisan en directo todos los partidos, tanto por cable como por el sistema codificado, uno de los equipos más populares no ha podido jugar un solo minuto. De hecho, el envío del domingo de Fútbol de Primera, que volvió a emitirse sin incluir a River ni una victoria de Boca (que perdió con Argentinos luego de haber empatado el domingo anterior ante Central), volvió a tener un rating mediano, pasando de los 16 puntos del domingo 5 a los 17 puntos de este domingo.

El juez Luis Rodríguez rechazó el pedido fiscal de convocar a declarar como sospechosos a los hermanos Alan y William Schlenker, supuestos miembros de la barra brava de River, en la causa por el asesinato de Acro. La decisión del juez puso en claro que no hay imputados en el crimen del barra. Rodríguez también denegó el pedido del fiscal José María Campagnoli de unificar otras dos causas anteriores que involucran a la cúpula de la barra con la del homicidio de Acro.

De esta forma, el expediente volvió a la fiscalía para ampliar la investigación, buscar más pruebas y presentarlas al juez para que vuelva a ponerse en marcha. Rodríguez considera que hasta el momento no hay sustento para relacionar a los hermanos Schlenker con el crimen de Acro.

Para la fiscalía, los hechos ocurridos en febrero, en la llamada “batalla de los quinchos”, en el predio deportivo de River, y luego en el playón de la sede del club, están vinculados con lo ocurrido la noche del martes pasado en Cullen y Bauness, en Villa Urquiza, donde un asesino partió el cerebro de Acro con dos balazos, el origen de la agonía de treinta horas del barra a quien se lo sindicó como aliado de Adrián Rousseau.