Viernes, 17 de agosto de 2007 | Hoy
DEPORTES › WOODS VA POR EL RECORD DE NICKLAUS
Por Martín Narrillos*
“Al comienzo de mi carrera, los dieciocho títulos del Grand Slam me parecían un camino muy largo que recorrer. Ahora, cuando ya he ganado trece, me lo siguen pareciendo”, comentó con seriedad el golfista estadounidense Tiger Woods, inmediatamente después de su triunfo del domingo en el Campeonato de la PGA norteamericana. A renglón seguido, ya sonriendo, bromeó con los periodistas: “Tampoco podré llegar a ellos la temporada que viene”. Tampoco, en efecto, porque sólo son cuatro las competencias grandes anuales. Una obviedad que no limita en modo alguno la probabilidad de que Woods no sólo iguale sino que también supere el fabuloso record de su compatriota Jack Nicklaus.
Las estadísticas, aun con un valor relativo, porque la evolución de cualquier deportista y de sus rivales no se puede garantizar, avalan su desafío. No en vano lleva cuatro victorias y otros tantos años de ventaja al legendario Oso Dorado. A los 31, él totaliza 13 por nueve el mito al que persigue, que sólo se hizo con las 13 a los 35.
Seis trofeos del Masters de Augusta posee Nicklaus contra cuatro de Woods; cuatro del Open de Estados Unidos por dos, y cinco de la PGA por cuatro. Del Open Británico ya presumen de los mismos: tres. Pero el ritmo de Woods es mucho más rápido, pese a que en su época la competencia es más alta que en la de su adversario. Lustro a lustro, Woods ya tenía un título a los 21 años; Nicklaus, ninguno. Y ocho por cuatro a los 26. A los 31 reúne 13 por nueve. Nicklaus contaba con 14 a los 36 y con 17 a los 41 para redondear los 18 a los 46, cuando se convirtió en el campeón más veterano del Masters.
Considerando que la longevidad de los jugadores sobre los links es ahora mayor gracias a la superior preparación física y la bondad de los nuevos materiales que se utilizan para fabricar los palos y las pelotas, ya casi nadie duda de que Woods coleccionará 18 majors o más. Quizás incluso antes de cumplir los 46 años. En los 15 que le faltan hasta entonces dispondrá nada más y nada menos que de 60 oportunidades para salirse con la suya.
Porque ya sí que el número uno mundial confiesa que es la suya, que ve la plusmarca de Nicklaus a tiro de su swing, que espera hacerse con ella más pronto o más tarde.
“Tengo tiempo de sobra por delante”, comentó tras su brillante semana en el club Southern Hills, de Tulsa (Oklahoma), en la que el segundo día firmó una tarjeta de 63 golpes, equivalente a la mejor de las obtenidas en la historia del torneo. “Si las circunstancias, comenzando por la salud, me son propicias, creo que mis posibilidades son reales”, apuntó. “En cualquier caso –matizó, tal vez para no ser tachado de arrogante– si alguien me hubiera dicho cuando me hice profesional (en 1996) que llegaría adonde he llegado, se me habría antojado imposible. He cubierto con creces mis expectativas. Me siento satisfecho.”
Por supuesto. Y es que 59 triunfos le contemplan en el circuito norteamericano, aparte de nueve en otros tours y 12 en certámenes especiales. Una campaña impresionante, que le reportó 73,5 millones de dólares (54,5 millones de euros) en ganancias sobre el green. Una minucia, atención, comparada con las que obtiene con sus negocios y su imagen publicitaria. Multiplíquese por diez.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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