La Selección Argentina de básquetbol logró una nueva victoria en el Preolímpico de Las Vegas, que la dejó muy cerca de la clasificación para las semifinales. Esta vez, la víctima de turno fue Venezuela, que casi no fue rival y muy rápido se entregó ante la superioridad argentina para un lapidario 98-63. Román González, con 21 puntos, resultó el goleador del equipo argentino, por más que casi no jugó en todo el segundo tiempo. Para hoy, el conjunto de Sergio Hernández tiene un partido clave ante Canadá, que le pueda dar el buscado tercer puesto en el grupo, para no tener que jugar ante Estados Unidos el decisivo encuentro de la semifinal (televisan TyC Sports y Canal 7 desde las 19). Ayer, los canadienses se impusieron 95-88 a Uruguay y se metieron de lleno en la pelea por la clasificación.

Con la intención de evitar la relajación que había tenido en el encuentro ante Panamá, Argentina salió decidida a liquidar rápido el compromiso. Con un enorme trabajo en los tableros de González y Scola, sumado a una defensa agresiva que obligaba a los venezolanos a tiros complicados, el equipo de Sergio Hernández empezó a acumular rápidas ventajas. Además, logró fortalecerse en su tablero, lo que no le daba segundas oportunidades a Venezuela y le permitía correr en contragolpe, para conseguir puntos sencillos. Además, Delfino empezó a encontrar sus lanzamientos, por lo que basado en el goleo de sus tres figuras, el conjunto argentino empezó a gozar de una ventaja que se estabilizó en los quince puntos antes del final del primer cuarto.

Superado en todos los sectores del campo y con su goleador, Héctor Romero, Venezuela apeló a la rotación para tratar de parar el temporal. Y como encontró muy buenas respuestas en los tiros lejanos de Cedeño, el conjunto vinotinto amagó con una reacción. Sin embargo, la defensa en zona que propuso el entrenador Víctor Salazar para disimular las diferencias físicas fue muy fácilmente vulnerada con los triples de Delfino, Prigioni y hasta González, por lo que Argentina recuperó muy rápido la diferencia, para irse al descanso con un tranquilizador 51-34.

La única incógnita que quedaba a esa altura era saber si Venezuela iba a jugarse por la hazaña. Y como el objetivo de la vinotinto no pasa por ganarle a Argentina, muy pronto dejó en claro que no iba a oponer demasiada voluntad en busca de reducir la ventaja. Entonces, con todos los suplentes para evitar el desgaste de los titulares, Argentina continuó sacando grandes diferencias, con un muy efectivo Paolo Quinteros en los lanzamientos externos. Por eso, el 79-53 con que finalizó el tercer parcial no dejaba ningún tipo de dudas. Los últimos diez minutos estuvieron como decoración, ya que Venezuela quería irse y Argentina sólo pretendía cuidar el físico.