Lanús dio una prueba de autoridad y contundencia. En un partido que pintaba muy complicado, el líder mantuvo la paciencia y se llevó un triunfo clave 4-1 sobre Central, que le permitió sacarle seis puntos a su escolta Boca y esperar con mucha tranquilidad el desarrollo del resto de la fecha. Blanco abrió el camino de la victoria, empató Vizcarra, pero luego el equipo de Cabrero lo liquidó con la seguidilla de tantos de Ribonetto, Sand y Valeri.

Si bien las urgencias de ambos son totalmente diferentes, los dos salieron a jugar el encuentro con mucha responsabilidad. Y más allá de las enormes distancias en la tabla de posiciones, ambos conjuntos tienen características similares, con muchos jugadores jóvenes, de buena técnica y gran dinámica. Con ese cóctel, el trámite del juego se hizo muy veloz, sin pausa en la mitad de cancha, aunque con poca precisión en los últimos metros. Por eso, pese al buen ritmo, las llegadas no fueron demasiadas.

Ante ese panorama, Central era un poco mejor en la elaboración de juego, pero Lanús resultaba más incisivo en la generación de situaciones de peligro. Por eso estuvo a punto de ponerse en ventaja con un cabezazo de Sand tras un centro de Blanco, pero el envío se estrelló en el travesaño. Central sólo inquietó a Bossio con un remate desde afuera del área de Díaz que se desvió en un defensor y que luego devolvió el arquero.

Con un desarrollo tan parejo, tanto en chances de gol como en el dominio del partido, el empate calzaba perfecto. Sin embargo, a Lanús le alcanzó con una jugada para irse a descansar con una ventaja que no merecía. Valeri lo desbordó por la izquierda a Costa y envió un centro perfecto hacia el punto del penal, donde apareció Blanco para empalmar la pelota con una volea de zurda que dejó sin chances a Alvarez.

Todo indicaba que el partido iba a tomar otro curso, con Lanús aprovechando los espacios que le iba a regalar un desesperado Central. Pero antes de tener tiempo de comprobar la teoría, los rosarinos encontraron el empate con el recién ingresado Vizcarra. Arzuaga habilitó a Papa, que no pudo resolver ante Bossio pero alcanzó a tocar para que el delantero definiera con el arco vacío.

Lanús no se desesperó. Siguió peleando el partido y aguardó su oportunidad, que llegó con pelota parada. El centro de Valeri encontró a Ribonetto en área, que saltó más que nadie y metió un cabezazo bajo que dejó sin chances a Alvarez. Ya allí se dio la lógica. El puntero se terminó de tranquilizar y liquidó el juego de contragolpe. Primero Sand aprovechó un regalo de Alvarez y sus defensores para anotar con facilidad. Y luego, una corrida memorable de Valeri, que dejó por el camino al arquero y definió luego de enganchar, sentenció un partido que le dio a Lanús una auténtica chapa de candidato, por juego, carácter y contundencia.